viernes, 25 de enero de 2013

Quedarse es de pobres



Maravillosa película la de "Cristina de Suecia", protagonizada por Greta Garbo y dirigida por un tal Mamoulian. Se representa en ella la eterna lucha de la inteligencia contra los valores caducos. La eterna lucha de la clarividencia del individuo contra la ofuscación de la masa. Una batalla que el individuo siempre pierde si se obstina en resistir y por contra gana si entrega las armas y desaparece del mapa. O sea, lo que hace Cristina, gran conocedora de los clásicos de su tiempo: "Y sin decir palabra me fui avergonzada, que hay más honor en salir callando que en vencer respondiendo". "Hay que dejarlos -respondió a los insultos-, que los demás tengan razón ya que no pueden tener otra cosa". "Y quien tanto engorda ¿quién puede ser sino la ignorante satisfacción?

Hay otra película reciente que ha tenido mucha aceptación popular. No es raro puesto que es la historia de un plebeyo que saca de apuros a un rey. Además, para mayor gloria, de un plebeyo sin estudios. ¿Hay quién dé más? Vamos, como si se tratase de un montero de Espinosa de los Monteros. La vieja historia. Pero a lo que quería ir yo es a un detalle colateral e imprescindible de esa historia, la abdicación de Eduardo VIII sin la cual el plebeyo espabilado no hubiese podido ayudar al rey tartamudo y adiós película bonita. Eduardo VIII abdica porque no le dejan casarse con la mujer que ama. Una plebeya, sí, y divorciada dos veces. Y encima, sus detractores, lo envidiosos por supuesto, achacándole artes de hechicera que aprendió cuando andaba de zorra por Shangai. ¡Como si hubiese que ir a Shangai para aprender esas cosas! Total que Eduardo VIII hace lo que cualquier persona valiente e inteligente, o sea, muy pocos, haría: no perder energías tratando de convencer a los necios y dedicarlas todas a satisfacer a una amante que sabe corresponder. 

Siempre me ha fascinado el arte del saber irse. Porque es un arte reservado a los pocos que pueden prescindir de lo superfluo que es casi todo. Te vas con lo puesto que es lo que realmente tienes. Los muebles que has ido colocando lo más ordenadamente posible en la cabeza. Lo de fuera, que se lo repartan los pobres que se quedan. 


3 comentarios:

  1. Irse o quedarse creo que es accesorio. Lo fundamental será hacer todo lo posible para evitar el coloquio del necio. Si para ello hay que irse, se va uno. Si te tienes que quedar, te quedas.

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  2. Desde luego, Jacobo, en cada caso lo que corresponde. Lo que pasa es que mi experiencia, que por supuesto no es ley, me dice que el necio siempre tiende a quedarse agarrado con manos y dientes. Lo cual, si te quedas tú, te obligará irremediablemente a entrar en coloquio con él. Y ya sabes lo fatigante que es eso.

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  3. Puedo decirte que este Mamoulian fué un director de grqan calidad.Recuerdo su buenßisima versión del Dr Jekill y Mr Hide.Pienso que debe ser de los anos 1930,película genial

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