Es la típica película para cuya visión se necesita cuajo. Por ejemplo aquel que nos rebosaba en aquellos maravillosos años cuando cruzar la frontera para ver películas proporcionaba un escandaloso sentimiento de superioridad. Y, ya saben, nada como estar poseído por ese sentimiento para acabar tragándose lo que sea, incluso una ópera si se tercia. O "El imperio de los sentidos", un suponer.
El caso es que el otro día, el primero soleado tras una larga serie -in a row- de lluviosos, nos fuimos en grupo por ahí a recorrer los caminos que discurren por entre las verdes colinas y demás. Un verdadero festín para los sentidos. El olor a mierda de vaca fermentada lo impregnaba todo hasta casi la nausea. El ruido de la maquinaria ganadera alcanzaba a veces cotas próximas al paroxismo. Las "instalaciones y performances" con las que los ganaderos decoran los alrededores de sus cuadras daban pie a jugosos comentarios sobre los ocultos significados del arte contemporáneo. Y para terminar, champiñones al ajillo y pimientos rellenos en el restaurante "la Estación" de Solares. Después, un poco de vaivén del sucu sucu entre las marismas negras y blancas y ya estábamos de nuevo en casa.
En casa, el sofá, doy al mando, ARTE, y qué creen que había en pantalla: pues ni más ni menos que "El imperio de los sentidos". Bueno, viniendo saturado como venía y con la experiencia que dan los años en el asunto ese del control, o descontrol, de los deseos, me pareció que esa película sería bueno quizá que la proyectasen todos los años en los colegios de primaria para que los niños viesen y comprendiesen los muchos peligros que les acechan por aquello de estar sus padres, abuelos, tías solteras, profesores, ect., etc., tratando todo el día de satisfacerles los caprichos no vaya a ser que dejen de quererles y menudo drama entonces. Como dicen ahora en Francia: la escuela, une station balneaire.
No aguanté mucho frente a la pantalla. Las metáforas de la vida construidas a golpe de badajo aburren mucho cuando ya las hormonas están en niveles residuales. Además que como andaba leyendo estos días a ratos lo de "My secret life", pues como que es inevitable comparar y, la verdad, no hay color... aunque en eso de los colores...
Efectivamente, el título original es, creo, "Ai no koriida", o sea, la corrida del amor. Lo curioso -si se me permite una pedantería- es que "corrida" en japonés se dice "togyu" (lucha con el toro, literalmente), y no sé muy bien por qué Oshima no eligió ese término cuando tituló la película, a no ser que quisiera hacer un chiste hispano-japónico algo bobo, que no creo.
ResponderEliminarLa verdad es que no puedo hablar con conocimiento de causa de la película, porque no la he visto ni la pienso ver; como sabes, casi todo lo japonés es que me aburre...
Bueno, sí, tiene su cosa que Oshima escogiese esa palabra para titular la película. Corrida también, creo, puede ser avergonzada. Dar una carrera. Lo de los toros y lo otro. En un buzón de Valencia vi una vez que debajo del imperativo Correos alguien había escrito: y nos corrimos. No sé, en fin, Jacobo, pero me parece que los que os dedicáis a estudiar los intringulis del lenguaje tenéis mucho tajo a causa de la polisemia que curiosamente seguro que algo tiene que ver con el semen propio de las corridas a las que la película hace referencia.
ResponderEliminaryo sí la ví hace millones de anos,creo que el el cineclub CEA,tan querido por nosotros en aquellos tiempos.Recuerdo que no me gustó nada,pero en aquella época éramos todos pseudo iintelectuales y si hubiera dicho algo contra la película una gran parte de mis amistades me hubieran tomado por fascista o carpetovetónico.Eso sí,creo recordar que había una escena que me puso muy cachondo,no recuerdo cuál
ResponderEliminarcomo el viejo chist de por qué los buzones están llenos de semen en Lepe...
ResponderEliminarSí, Ignacio, las cosas que uno se llegó a tragar por tal de no estar solo. De todas formas, aquello que llamaban de arte y ensayo eran buenos sitios para ir a ligar. Las progres andaban todas por allí buscando novio. Por cierto, has visto Anticristo de Lars von Ttrier. Es de lo mejor que he visto sobre vampiros.
ResponderEliminarNo conozco el chiste de los buzones de Lepe.
pues lo mismo...por que pone "correos"...
EliminarQué zoquete, no había caído.
EliminarNo la he visto,pero la voy a comprar ahora mismo usada en amazón.Por cierto ,acabo de encargar un kindle fire" ,que desde que me lo comentaste ando con el gusanillo.Los cines si eran buenos para ligar,pero como bién sabe Santi,nunca me atrayeron para nada las muy intelectuales,habitualmente malas folladoras.siempre me gustaron y me placieron más las trabajadoras..peluqueras,camareras,dependientas...A así he seguido toda mi vida
ResponderEliminarPues sí, intelectuales y encima de izquierdas, vade retro.
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