No se sabe con qué motivo va el gobierno de turno y filtra la noticia de que hace siete años la policía desarticuló un comando yihadista que pretendía reproducir en Barcelona el mismo atentado que en Madrid produjo ciento y pico víctimas mortales. Precisamente hoy. ¿Por qué hoy? Ingrata tarea en cualquier caso la del policía. Si hay un atentado es en cierta medida un fracaso suyo por no haber sabido prevenirlo, pero si aborta otro, entonces... ¿quién se lo cree?
Un atentado es un hecho constatable, un atentado abortado difícilmente puede pasar de la mera conjetura. Sí, piensan muchos, eso puede que sea verdad, pero también propaganda. Y, también, puede que los moros detenidos, cuando confiesan, inflen el globo de sus siniestros propósitos con el fin de darse importancia. Es muy problemática la verosimilitud de lo que sólo se sustenta en intenciones... y también de lo que precisa de fuertes dosis de fe, o confianza, en las instituciones que se conocen popularmente como "alcantarillas del Estado", justamente esas que, por razones obvias, no admiten la transparencia, debido a lo cual los partidos sin la menor opción de alcanzar algún día el poder dicen querer eliminar.
Sea como sea, todo tiene una lógica. Hace poco desarticularon en Cataluña una célula de yihadistas que, según se dijo, pretendían hacer cosas feas. Pues bien, el consejero del interior del gobierno catalán dejo bien claro ante los medios que la detención la habían hecho en base a las informaciones recibidas de los servicios secretos del Estado, es decir, de las alcantarillas. Una declaración que, en principio, puede parecer humillante para un gobierno que presume de desapego. Pero las cosas son como son. Sin las alcantarillas españolas Cataluña sería un infierno. Justo como sería Europa sin las alcantarillas americanas. Y ya puestos, Europa y EEUU sin las alcantarillas sirias que, por lo visto, son por las que mejor corre la información más interesante.
Porque esa es la cuestión, la imposibilidad de la transparencia. Por lo que me he podido enterar por boca de esos expertos en lo que sea que acuden a los debates de 28´, una cosa es lo que se dice para la galería y otra lo que corre por las alcantarillas. Por ellas, tanto el Sr. Obama como el Sr. Hollande suplican humildemente al monstruo Bashar al Assad que les cuente algo de lo que sabe. Por lo visto los servicios secretos sirios han sido siempre la clave de bóveda de la seguridad en Oriente Medio y ahora de medio mundo.
En fin, a lo que iba, que hay vidas y vidas. El ideal de mi madre sería la del "hombre del traje gris" que con tanto glamour representó en la pantalla Gregorio Pérez. Conseguir algo seguro para dedicar después el tiempo libre a la familia y los hobbies. Un buen hombre en definitiva. Luego está ese de tan poco fiar, como el que representa Coronado en la serie El Principe. El hombre de las alcantarillas. ¿Quién le quisiera a su lado? Mi madre, desde luego, no.
Anyway, cualquiera que se haya preocupado un poco por la historia sabe de sobra que nada, nunca, contribuyó tanto al bienestar en el mundo como las alcantarillas. Todo era construir alcantarillas en una ciudad y empezar a desaparecer enfermedades hasta entonces endémicas. Todo un síntoma. y toda una metáfora. Convendría tenerlo siempre presente.
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