domingo, 26 de abril de 2015

Perlas nada más

A veces, sin que uno se lo proponga, la vista cae sobre los titulares de un periódico que alguien dejó abandonado por ahí. Y lee: "Casares se compromete a poner a las personas en el centro de sus políticas". ¡Cáspita! Esto se pone interesante. Sigo leyendo: Valenciano arropa la presentación de la candidatura del PSOE a la alcaldía de Santander y advierte: "De la derecha sólo cabe esperar el saqueo de las cuentas públicas". Ya tengo bastante. 

Desde luego que si los hiciesen de encargo no conseguirían tal perfección. Claro, creo recordar que la Sra. Valenciano blasonaba de aburrirse cuando se ponía a estudiar y por eso no estudió nada. El Sr. Casares, no sé, pero por lo que dice podríamos asegurar que de haber estudiado le ha aprovechado bien poco. 

El caso es que a mí todo esto de las elecciones que se avecinan me la trae al pairo. Podría ir a votar a Ciudadanos  a cuyo parto asistí, pero ya he empezado a constatar que son un poco más de lo mismo. Y es que es inevitable que así sea. El poder, por definición, tiene que ser vertical so pena de ser inoperante. Manda la cúpula elitista y el resto chusmilla sumisa y aprovechada. Y por eso supongo que es que las cosas importantes de este país van incuestionablemente bien desde hace unos sesenta años para acá y, sin embargo, las pequeñas cosas de lo cotidiano, el civismo para que nos entendamos, progresa a paso de tortuga. Es simple y llanamente lo que va de las élites a la chusmilla militante. 

Así que buena gana de comerse el coco con este ceremonial de la confusión que son las elecciones. Gane quien gane estaremos en las mismas: seguridad en las cosas importantes y molestias sin cuento en lo demás... nada, en cualquier caso, que no se alivie con pastillas o, en su defecto, copas. 

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