¿De qué estamos hablando cuando hablamos de economía? De política, of course. El Señor de Chiripa se lo ha puesto a güevo a sus adversarios, la Sra. Merkel, el Sr. Rajoy y demás mandatarios ortodoxos. Con su amateurismo, el Sr. de Chiripa ha conseguido poner ante los ojos de todos los europeos un aviso para navegantes por las procelosas aguas de las utopías. Aquí, le han dicho, el que firma, cumple, el que debe, paga y el que no tiene estudios que cuide cabras. Y todo ello, utilizando sólo los números, como si de problemas de matemáticas se tratase.
Había que ver ayer la rabia y desolación de todos los intelectuales gauchistas que intervenían en debates. Los ricos, decían, lo que quieren es cargarse la posibilidad de hacer las cosas de otra manera. ¿De otra manera? ¿Cuál? Pues muy sencillo, hombre, que los que tienen repartan con los que no tienen. Para ellos es una cuestión de solidaridad versus egoísmo. Otra cosa, claro, sería ponerse a especular porque tienen los que tienen y no tienen los que no tienen. Ladrones los unos para los otros, vagos y desastres los otros para los unos. Las cosas serán más complicadas, supongo, pero en el fragor de las batallas se dispara con simplificaciones.
Parece ser que la noche pasada el Sr. de Chiripa se cayó del caballo y vio claro lo que hay. Hoy ha dicho que sí, que se pliega a los convenios y que, de paso, le echen una mano. Bien, los mercados han anotado el dato. Pero todo parece indicar que la Sra. Merkel no se va a conformar con eso: quiere la cabeza del chorlito.
Escarmentar en cabeza ajena a todos los cabezas de chorlito que con sus prédicas fantasiosas están poniendo en peligro no sólo la estabilidad sino, también, la viabilidad de la Comunidad Europea. Ésta es la oportunidad que el Sr. de Ciripa ha puesto en bandeja a los políticos ortodoxos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario