domingo, 17 de marzo de 2013

Los perros en Alemania



En una entrevista que le hacen a un editor español que reparte su tiempo entre España y Alemania, leo lo siguiente: "La casa de Berlín está casi vacía. Los techos son de cuatro metros así que no hay donde mirar si no es al cielo o a un cementerio judío que tengo al otro lado del patio. Por la fachada principal cuando me asomo veo una fila interminable de puérperas empujando carritos con recién nacidos, indistinguibles unos de otros. Pero hay librerías y conciertos, museos y gente bien educada. Los niños no lloran y los perros no ladran. Da gusto vivir entre alemanes."

La casa está casi vacía. Naturalmente. En Berlín ya hace más de un siglo que el ornamento es delito y la utilidad es la belleza. Y hay tan pocas cosas útiles...

Luego está lo del cementerio judío. Los judíos en Alemania, siempre omnipresentes, para que nunca afloje ese sentimiento de culpa colectiva que tanto fortalece a las sociedades como a los individuos. El que sabe hasta que punto puede ser malvado tiene posibilidades de evitarlo. El que no lo sabe sólo puede ser, en el mejor de los casos, un perfecto imbécil. En el peor, no hace falta comentarlo por sabido.  

Bueno, lo de las puérperas se entiende mal porque Alemania está entre los países de Europa con menores indices de natalidad, 8 nacimientos por cada mil habitantes, claro que también puede ser que esos ocho se concentren en Berlín y, más precisamente, en el barrio en el que reside el citado editor. En cualquier caso, sí, estoy de acuerdo en que los recién nacidos son todos indistinguibles unos de otros. Quizá sea desmoralizante para sus allegados, pero es así. Se pueden parecer a cualquiera con el que le quieras encontrar parecido.

Bibliotecas, conciertos, museos, gente bien educada. Bueno, sí, se debe suponer que lo uno por lo otro, pero... a mí lo que me importa es cómo se comportan mis vecinos que puede que sean de los que nunca visitan esos templos de la cultura. Que mis vecinos sepan que yo existo y lo tengan en cuenta. Que existe "el otro" y no invadan su intimidad, o su entorno, en definitiva. Esa es la buena educación según mi particular visión de la jugada

Y, efectivamente, si en Alemania los niños no lloran y los perros no ladran hemos de suponer que es porque la gente en general está muy pendiente de no molestar a los demás. ¿Qué más se puede pedir para vivir a gusto?



  


6 comentarios:

  1. Muy agudo con los judios..y no comento más que hoy día te masacran si te sales del guión.En alemania,mientras tengas el jardín bién cuidado y no hagas mucho ruido,te dejan completamente en poaz,en eso son unos hachas...Los techos elevados son típicos de principios del siglo 20,el llamado aquí"altbau",muy bonito por cierto,pero a mí me producen un poco de angustia,no sé por qué.Por cierto,mis perros ladran..pero será por que tienen la vena espanola,digo yo

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  2. ¡Jo, Nacho, por favor, no consientas a tus perros ladrar! Es insoportable para la vecindad. Los motivos de que yo abandonara Alar en gran medida fueron que los "pelos del Culo que no me dejaban dolmil". Era una verdadera ordalía día y noche. Nunca he podido comprender esa intromisión en la vida ajena. Pero es que comprendo que soy un poco especial.

    Lo de los techos altos me parece muy gótico. Una sala con techos altos y un órgano por único mueble es lo más de lo más. Bueno, yo me conformaría con una silla y atril para tocar la guitarra.

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  3. bueno,en verano tengo una manguera siempre preparada en el jardín ,y cuando ladran los enchufo y se callan durante unas horas,por la noche nunca ladran,tranquilo,pedro,dormirías como los angeles en estas tierras del mar del norte,donde cristo dió las cuatro voces

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    1. Quedo tranquilo, Nacho. Qué suerte vivir en esos lugares remotos. Yo tengo esa sensación cuando ando perdido por los páramos castellanos. No consigo localizar lugar en el que pudiera sentirme más a mis anchas. Quizá me instale definitivamente allí.

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  4. Pues ya sabes,si quieres cogerle el gusto,estais invitados,en verano es un amaravilla.Y me encataría tenerte de pupilo

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    1. Gracias Nacho. No te digo ni que sí ni que no. Veo reportajes sobre Alemania con frecuencia en la Cadena ARTE y menuda envidia. Hace un año o así hicieron una serie sobre las costas bálticas. Desde luego que parecía un paraíso. Lo que pasa es que a mí ir a sitios tan bonitos para luego tener que largarte a los cuatro días me deprime. En fin, muchas gracias de todas las formas.

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