Dice Jacobo que los de las filas de atrás tienen pinta de no haber comido un filete en su vida.
El caso es que no me quiero justificar ni menos echar la culpa a mi padre que, en última instancia, fue el que me convenció para que siguiese sus pasos y estudiase medicina, materia por la que yo no sentía especial atracción. Él siempre se andaba quejando de lo sacrificado de su profesión y, aunque sólo tuviese que subir a una cabaña por la noche de Pascuas a Ramos, cualquiera que le escuchase pensaba que era día sí y otro también. La verdad, a mí aquello no me gustaba un pelo, prefería estudiar farmacia que, en la de Titolorio, justo allí al lado, siempre había tertulia en la rebotica y olía bastante bien salvo cuando hacían cuajo. Pero las cosas son como son y, por un lado, que si nosotros no tenemos dinero para ponerte una farmacia y , además, que le había dicho Palanca, el director general de la cosa que tomaba las aguas en el balneario, que iban a hacer muchos hospitales e iba a haber mucho trabajo para los médicos. Bien, en esto último estaban bien informados, que duda cabe. Total, que al final me daba un poco lo mismo lo que fuese con tal de largarme a Valladolid que contaban maravillas de lo que allí pasaba. Luego, como todo en la vida, resultó ser casi nada. Y eso que fui mal estudiante con ganas. Aquello de la disección de los muertos me revolvía las tripas por lo que me escaqueaba todo lo que podía. Pero esa es otra historia.
Traigo esto a colación porque andaba comentando con Jacobo a propósito de Kim Jong Un, ¿zumbao o inteligente?, el líder carismático de Corea del Norte, hijo y nieto de lideres carismáticos a su vez. Eso sí que es un destino predeterminado y no el mío por mucho que me queje. ¿Se quejará también Kim Jong Un? Parece que no. Por el contrario, se le ve más bien entusiasmado. Claro que puede ser porque en aquel colegio exclusivo de Suiza al que le envió su padre le enseñaron muy bien a disimular. Sea como sea, la impresión que me da es que le va el mando en plaza y que si la junta militar que le puso donde está quiere manejarle se va a tener que dar prisa porque cuando lleve un par de años en el poder va a ser tan experto en firmar órdenes de defunción que no va a haber quien le tosa. El poder absoluto, infiero, debe de ser de las cosas que más rápida y pegajosamente producen adicción.
Otro caso curioso a la vez que muy similar al de Kim Jong Un es el de Bashar Al-Assad. Parecía un buen chico, practicando la oftalmología en un hospital de Londres y, de la noche a la mañana, ahí le tienen, agarrado al poder caiga quien caiga que, por cierto, lo son a millares. Y, según decían el otro día en la BBC, es muy posible que se salga con la suya. Para algo le tendrá que servir saber arreglar ojos, digo yo.
También, por lo visto, Mubarak tenía preparado un hijo para sucederle. Pero no se dio prisa en morir y pasó lo que pasó. Son los caprichos de la historía, tan imprevisibles como los terremotos, que, por cierto, y perdonen el inciso, parece que les han perdonado la vida a aquellos desgraciados sismólogos que no supieron prever lo de Fukosima.
En fin, que esto de las tiranías hereditarias tiene su miga. A algunos les va de perillas y a otros, supongo, creará frustración que, por otro lado, si se sabe aprovechar, suele dar buenos frutos. En cualquier caso, heredar la tiranía, o el reino, o el oficio, qué poco se acompasa, me parece, con el signo de los tiempos, o sea, con la libertad de escoger, lo cual, perdonen la pedantería, exige en primer lugar tomarse la penosa molestia de "matar al padre" y enterrarle bajo siete pies de tierra. Por lo menos.
Bueno, la verdad es que los geólogos les habían dicho a los de la nuclear que hacía mil y pico años había habido un tsunami así de grande. Lo que no les dijeron, claro, es que iba a ser una semana después, de modo que los de la nuclear no hicieron nada. La verdad es que se sabe que hubo otro más o menos igual hace dos mil quinientos años en el golfo de Cádiz, o sea, antes de ayer, y no creo que eso a los de Cádiz les quite el sueño. Pero, hombre, si tuvieran una nuclear por ahí, sería cosa de pensar en qué hacer por si pasa mañana, algo que los de TEPCO no hicieron. En fin.
ResponderEliminarLos de la última fila no es que no se hayan comido un filete en su vida: es que seguramente, los pobres, no se hayan comido una rosca, me parece a mí...
Lo de las nucleares es peliagudo. Los de ARTE que son muy ecolós hacen muchos reportajes sobre el asunto con tintes bastantes negros or lo general. Un día les escuche la mayoría de las centrales están junto a los grandes ríos y que los grandes ríos suelen tener su curso por las fallas del terreno, o sea que mejor no ponerse a pensar.En cualquier caso no creo que haya nada a salvo de los accidentes. Las tortas siempre vienen de donde y cuando menos te lo esperas.
EliminarNo sé, no sé lo que se comerá esa gente. Los poderes absolutos que duran suelen corromperse hasta límites inimaginables para el común de los mortales. Dicen que las juergas que se organizaban en el comité central de los soviets eran antológicas. Además a estos coreanos creo que les aconseja un catalán.
Efectivamente,un catalán hijo de militar,creo que general.todo un personaje,muy escurridizo e inteligente.Creo que es el más gordo de corea,sólo por detrás por supuesto,de Kim Jong
ResponderEliminarPues sí, escurridizo e inteligente porque en un lugar como ese no sólo hace falta serlo para salvar el pellejo sino también, por lo que dicen, para comer a dos carrillos. Aunque por otra parte uno ve esas fotos de Pionyang y no parece que aquello pueda estar tan mal.
EliminarOí una conversación tlefónica entre este personaje y un periodista catalán que le echaba en cara lo de las habrunas en corea,la dictadura y bla bla bal.Sabes lo que contestó el tío? le dijo:"pues yo veo desde mi hotel (estaba en Barcelona) a gente rebuscando en los cubos de basura..es esto la democracía ?prefiero Corea..."
ResponderEliminarSi escuchas la televisión Rusia Today o la venezolana Telesur verás que siempre están con ese argumento. En USA media población está esclavizada y en Europa tres cuartos de lo mismo. Los totalitarismos, otra cosa no, pero arguentos ara justificarse los que quieras.
EliminarMe produjo gracia el hecho de que el jóven aprendiz de dictador,en su estancia en Suiza,íba siempre acompanado de un acólito,bastante mayor que él,y que se pasaba el día sentado a su lado en las clases.Qué maravilla
ResponderEliminarPues Santi me ha dicho que el chaval andaba de incógnito por Suiza, como hijo de un alto funcionario y que cuando confesó a la señora en donde vivía y a un amigo quien era pensaron que estaba zumbao.
ResponderEliminarSí, leí en algún periódico japonés eso mismo, pero tanto la señora como su amigo pensaron que era un delirio de un adolescente, porque no debía de tener más de catorce o quince años. Ambos se enteraron de la verdad cuando años después lo vieron por la tele y le contaban a la prensa que era un chaval tímido y normal que no sobresalía en nada. En lo que hay versiones contradictorias es en si decían que era hijo de un diplomático o de un chófer de la embajada en Suiza. He leído las dos versiones. En cualquier caso parece que la decisión de mandarlo a un colegio internacional fue de su padre, más que nada para que aprendiera idiomas. Parece ser que domina el inglés, que era la lengua oficial de la escuela, y que también se defiende en alemán y en francés. Luego han salido por ahí las notas académicas del chaval en aquellos años y según cuentan eran normales tirando a bajas. Lo del guardaespaldas era un muchacho mayor, supongo que estudiante de bachillerato, que le echaba un ojo, encargado de dar aviso si algo le pasaba, pero no parece que tuviera ningún pistolo ni nada de eso. Más que nada porque habría sido la forma más fácil de dar el cante y de que la prensa se enterara. Parece ser que un buen día se marchó sin despedirse ni decir nada a nadie. Sencillamente fueron a buscarle con un coche de la embajada y se lo llevaron.
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