domingo, 22 de noviembre de 2015

Cuesta de creer

Como todos años por estas fechas, los fachas sacan a pasear el fantasma de Franco. Y cuando digo fachas hablo de fachas genuinos, o sea, de los que se creen que son exactamente lo contrario. Pues bien, el otro día una periodista de la cadena global, antigua independiente de la mañana, es decir, de las que se creen que representan exactamente lo contrario de lo que representan, sacó a relucir el mentado fantasma para amedrentar a Bertín Osborne que, otra cosa no, pero es alguien que sabe de sobra quien es y lo que representa que para eso recibió una educación británica con descojone del fantasma de Canterville incluida. Resultado, la no facha, facha, salió  trasquilada, aunque, como es catalana de pura cepa, no creo que eso le vaya a servir para disuadirla de futuros meterse en camisas de once varas. Pues anda que no son tozudos ni nada los de pura cepa, sean de donde sean. 

Por otro lado leo que en un colegio, también catalán, ¡cómo no!, han sacado a airear el fantasma. Un chaval, o chavala, ha dicho que cuesta "de creer" que haya habido algo tan horrible. Se notaba a la legua que el común del alumnado había recibido una información histórica al respecto la mar de imparcial y desapasionada. Prácticamente todos coincidían en tener o haber tenido abuelos republicanos, exiliados, represaliados, ect., y eso que el colegio de marras es uno donde van niños de lo que se podría llamar burguesía catalana, ahí es nada. Bueno, por lo visto, en medio de la exaltada comunión de los de linaje decente, un apestado dijo que su abuelo había sido un militar franquista... y se hizo el silencio. 

Creo recordar que el gran Torrente Ballester solía decir cuando asistía a exaltadas tertulias sobre el fantasma que se necesitará que pasen por lo menos cien años antes de que se recupere un poco de cordura sobre lo que significó ese episodio de la historia de España. Y no por nada, y esto lo digo yo, sino porque cuando das con un caramelo para dulcificar la vida a la chusma a nadie con dos dedos de frente se le ocurriría sacárselo de la boca. Mientras siga  extrayéndole sabor será fácilmente controlable. El caso es que no pierda la ilusión de que todavía se puede ganar aquella guerra. 

Cien años de los que ya van ochenta. Es natural que algunos empiecen ya a impacientarse. Al estilo de lo que le pasó el otro día a Bertín. Y es que hay que ser un santo para resistir impertérrito a tanta estulticia. Franco fue lo que fue, un tirano al estilo de la época que se las apañó para poner a España en la senda de la modernidad. Lo que hubiese sido si hubiesen ganado los otros sólo lo podemos conjeturar, o sea, palabras que se lleva el viento. Lo que si podemos saber a ciencia cierta es que en esos años de dictadura fue la época histórica en el que por fin se controló el agua en España y, como consecuencia, más españoles pasaron de la más absoluta pobreza a una vida medianamente pasable. Luego, las represiones y todo eso, las propias de un régimen autoritario que nada que ver con las de un sistema fascista. Franco sólo machacaba a los que tenían capacidad para poner desorden en el sistema productivo. Los que se decían comunistas, por ejemplo. Pero no se gastaba un duro en armar al ejercito o mantener escuadrones de vigilancia de la "conducta moral" de la ciudadanía. El Movimiento, como el mismo explicaba, era la clap que le aplaudía allí por donde pasaba. Al final, ya, no necesitaba ni de esa clap porque la mayoría de los españoles le aplaudían de buen grado. Y el que niegue eso es un wishfull thinking, o sea, un perfecto idiota. 

Por lo demás, si les gusta la historia con su eterno retorno, cojan, agarren y váyanse a la historia de Atenas en los tiempos de Solón. Todo muy bonito con la Constitución que redactó, pero la vida real era un desmadre y tuvo que venir el tirano Pisistrato a poner orden y dejarlo todo niquelado para hacer posible la llegada de Pericles. ¿Les suena? Cuesta de creer que la historia se repita tantas veces con tanta fidelidad. 

4 comentarios:

  1. Yo si fuera alcalde pondría un monumento a López Rodó, López Bravo y el resto de los tecnócratas que pusieron las bases de la prosperidad en la que vivimos. Por lo que sé ni Portugal ni Grecia tuvieron un grupo similar de gente. Huelgan los comentarios.

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  2. La verdad es que sí. Aunque como decía un cura de mi colegio, no es lo mismo Sr.López que lo pez que está el señor.Y es que lo que pasa es que hay mucha gente que vive más feliz si no distingue.

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  3. Claro. El ver el mundo en blanco y negro es lo que tiene. Esa perspectiva, aburrida, es un rato, pero comerte el coco no te lo tienes que comer mucho. Ya sabes: Su pan, su hembra y la fiesta en paz... Aunque de lo último no estoy tan seguro.

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  4. Sí, pero la cosa, pienso, está cambiando. Me encanta ver que tipos como Juaristi ya no se cortan y llaman a las claras lameculos a todos apóstoles de lo políticamente correcto. La hegemonía intelectual de los progres se está disolviendo en la nada mientras emergen con fuerza los nouveau reac. El péndulo nunca para y cuando más dura en un lado más lejos se va luego al contrario.

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