Nada nuevo, por cierto, por lo que escandalizarse. Lo pudimos ver en 1958 en "Bonjour tristesse", aquella adaptación de la novela de Françoise Sagan que hizo Otto Preminger. En ella Jean Seberg no se quita los pantaloncitos similares a los que llevan todas, absolutamente todas, las adolescentes este verano. Jean Seberg y David Niven, hija y padre pegándose unos sobes de aquí te espero bajo la entre complaciente y desconcertada mirada de mamá Deborah Kerr.
Recuerdo aquellos veranos cuando apenas me apuntaba el bozo, que me sentaba en la terraza de El Central y escuchaba la conversación de las chicas mayores. Mayores, es decir, que me sacaban uno o dos años a lo sumo. Hablaban y no paraban de alabar las novelas de François Sagan. Me costó muchos años comprender el porqué, porque para mí, por aquel entonces, donde estuviese "La Isla del Tesoro" que se quitase todo lo demás.
Adolescentes y hormonas: puro pleonasmo. ¿Qué no harán por quitarle el papá a la mamá? ¡A ver qué vida! Es lo que toca. Pero si es que hasta la prensa más conservadora no para de echar leña al fuego. "¿Qué braguita debes usar con cada prenda?", desglosa hoy el ABC. Imprescindible que no se te marque la «culotte» bajo los leggings. Cosas así. Para iniciadas.
Y luego las otras indignándose porque ya se les pasó el arroz. Una verdadera comedia.
Dónde estarán las lolitas que me tocan... Veinticinco años en el tajo y todavía ninguna ha venido a traerme el desayuno...
ResponderEliminarDios te libre. De todas las tentaciones, ésta es una de las únicas en la que no merece la pena caer.
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