Legend |
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Es frecuente que en las tertulias de media tarde salte alguien con la milonga esa de la insoportable y demoledora, y todos los truculentos adjetivos que quieran adherirle, corrupción. Se diría que intentan dar la impresión de que estamos poco menos que al borde del colapso. Bueno, yo, que tengo en muy alta estima esa teoría que dice que opinión es sinónimo de situación, suelo pensar que quienes ven cerca el apacalipsis es porque no atraviesan sus mejores momentos. Los estados depresivos, ya sean anímicos, pecuniarios o del tipo que sean, suelen traer eso, o sea, que como que parece que consuela pensar que todo se está yendo al carajo. Considero que hay que ser comprensivo con semejantes estados de opinión lo cual no quita para que, si te encuentras con ganas, intentes meter unas cuantas cuñas que quiten hierro al asunto.
Claro, si te atienes a lo que dicen los titulares de los periódicos y demás medios de comunicación, y no sabes leer entre lineas, o sea, que eres algo así como analfabeto funcional, entonces, evidentemente, estás copao. Todo el rato arrojándose los unos a los otros la misma munición gastada. Bárcenas y EREs, asuntos que ya va para largo que están en los juzgados. Todo lo demás que se suele ver y oír son eso que llaman pellizcos de monja, es decir, alimento sin sustancia para que los pusilánimes y deprimidos conserven su forma.
Miren el mapa de la corrupción que les muestro arriba. Nuestro país tiene el mismo color que EEUU, Japón o Italia. Sí, no estamos entre los mejores, pero no le andamos lejos. O sea, que si por la corrupción fuera ya nos podríamos dar con un canto en los dientes. No, amigos, viajen por España, al ser posible en bicicleta, y se darán cuenta que en absoluto se ha ido el dinero al bolsillo de los chorizos. No andarán desacertados si muchas veces piensan que por donde se fue la pasta es por el retrete abajo. Porque eso sí, se suelen ver cosas que hacen pensar que esto está de idiotas que no cabe uno más. Idiotez o ignorancia, que eso sí, si quieren, podríamos considerarlo una forma de corrupción. Pero entonces... ¿quién es quién para erigirse en juez? Hay que andarse con cuidado.
Bueno, el chocolate con churros estaba riquísimo.