viernes, 6 de septiembre de 2013

Encuestas

¿Apoyas la candidatura de Madrid como sede de los JJ.OO. del 2020?


23%

75%

1%
Han contestado 10583 personas

Uno no sabe qué pensar de todo esto de los juegos olímpicos. Tengo entendido que en los tiempos que se conocen como clásicos cuando se celebraban unos juegos, ya fueran en Olimpia, en el Itsmo, o en cualquier otro sitio, la primera consecuencia era que se suspendían todas las hostilidades en curso... que solían ser muchas. Aquella gente no paraba de arrearse leña por un quítame allá esas pajas. Bien, pues se convocaban los juegos, se paraban las guerras y los mejores atletas de todos los lugares acudían a la cita con afán de gloria. 

Lo de estos tiempos que corren, nada que ver con aquello. Ahora la competición no es por otra cosa que por conseguir el derecho a convocarlos y el afán no es de gloria sino de pasta. La ciudad que consigue el galardón se asegura un spot publicitario de ámbito universal que la entroniza como destino turístico de primer orden por las décadas a venir. Esa y no otra es la enjundia de toda la movida en la que los atletas no hacen otra cosa que jugar el papel de comparsas o, por así decirlo, de tontos útiles. Porque, no nos engañemos, muy espabilados no pueden ser los que se someten durante largos años a esos entrenamientos exhaustivos que si parecen ser muy útiles para el músculo no creo en absoluto que lo sean en igual medida para el espíritu... sino todo lo contrario y no quiero señalar pero, aquí, en España, recién hemos tenido un muy notable ejemplo de los estropicios causados por el abuso de la cancha en detrimento del aula. 

En resumidas cuentas, que Madrid, en donde ahora estoy, está en un tris de conseguir el ansiado galardón. Creo que el próximo sábado se sabrá si sí o si no. La gran euforia o la gran depresión para concluir. Recuerdo haber vivido en Barcelona semejante decisivo día y tengo que reconocer que el entusiasmo ciudadano que se produjo nada más conocerse el resultado me produjo sentimientos encontrados. Algo así como si toda aquella algarabía de clarines tuviese poco de espontánea y natural. Bien es verdad que los medios de comunicación habían echado el resto para calentar el ambiente, pero tal grado de exaltación sólo podía ser el resultado de una predisposición enfermiza a seguir las consignas emanadas de la superioridad. La reacción previsible de una sociedad castrada en definitiva. Pero, ya digo, nada más que una impresión. 

Como era de esperar, en el caso de la candidatura madrileña, el calentamiento global por parte de los medios no ha desmerecido al que vimos cuando lo de Barcelona. Todo el país, se diría, se ha volcado apoyando. Porque, dicen, puede ser de gran ayuda tanto para la recuperación económica como para la restauración de una autoestima colectiva bastante, como quien dice, por los suelos. Bueno, digo todo el país y digo mal, y aquí es a donde quería yo llegar porque es que esta mañana me he topado con algo que me ha sorprendido por su descarnada rudeza. Resulta que en una encuesta que hace La Vanguardia entre sus lectores a propósito del apoyo que estos le dan a la candidatura madrileña, un 75% manifiesta que ninguno.

O sea que de suspensión de hostilidades por causa de los juegos nada de nada. Al enemigo ni agua. Que el conjunto de los españoles se tomase en su día lo de la candidatura barcelonina como una cosa suya a estos catalanes de hoy día parece importarles una higa. En cualquier caso eso es lo que quieren dar a entender algunos a los que encabeza el muy grande de España Conde de Godó. Pero les diré una cosa, no me lo creo ni en pintura. Apostaría doble contra sencillo que una encuesta como Dios manda daría exactamente el resultado contrario, por lo menos. Conozco de sobra a los catalanes y son cualquier cosa menos zoquetes. Que no otra otra cosa quiere dar a entender esa encuesta que son el 75% de catalanes.  


Sí, yo diría que tenemos que tener mucho cuidado a la hora de enjuiciar el asunto ese tan delicado de Cataluña. Y no confundir lo que pregonan los altavoces con lo que piensa la gente. Sé de qué hablo, y en este caso concreto una cosa les puedo asegurar: al común de los catalanes les chifla Madrid. ¡Y a quién no!

2 comentarios:

  1. Acabo de ver una encuesta de El pais y los resultados son parecidos. Creo que no se trata tanto de Madrid u otra ciudad, sino de que el personal, por lo menos alguno, se esta aburriendo del pan y circo. De todas maneras parece que lo tenemos crudo, por lo menos los periódicos japoneses de esta mañana, el Asahi y el Mainichi por lo menos, afirman que va a se difícil que Madrid no gane...

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    1. Supongo que en la encuesta del País, como la de la Vanguardia, sólo contestan sus lectores asiduos, así que ya me dirás tú qué significado puede tener ese que no sea el de la reacción sectaria. Si en Madrid hubiese un alcalde del PSOE el PAIS hubiera dado 99% a favor de los juegos. Lo que no sé es que hubiese dicho en tal caso el ABC. Sospecho que también hubiese estado mayoritariamente a favor. En cualquier caso es una verdadera cruz la que padecemos en este país con esa afición que hay a llevarlo absolutamente a la lucha política por el poder.

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