domingo, 3 de agosto de 2014

Sí o sí

 
 
Me acerco a La Cañía a tomar el café de media mañana y allí me encuentro a Isi leyendo el periódico independiente de la mañana. Ya saben a cual me refiero. Total, que me cuenta Isi que acaba de leer una entrevista en profundidad al nuevo líder de la izquierda, un chico, por cierto, con muy buena planta, lo que no es cosa que debamos pasar por alto. Claro, como decía Critilo, buena planta e inteligencia es difícil que se averigüen*, pero vamos a ver; vamos a darle al muchacho un voto de confianza. De todas formas, por lo que me cuenta Isi con cierta desolación el chaval ya ha empezado a darle fuerte a las frases hechas sin duda ignorando que las suele cargar el diablo. Por lo visto ha dicho que va a cambiar la constitución Sí o Sí. Una pavada atómica donde las haya. Dicho así, los que tenemos un mínimo de comprensión lectora debemos suponer que el tío esta dispuesto a saltarse la ley si la ley pone trabas a sus designios. Si hubiese dicho: voy a intentar por todos los medios recabar los apoyos necesarios para cambiar la constitución. Entonces, claro, la cosa hubiese quedado como muy floja, como de persona que llega sin los arrestos necesarios para sacarnos del atolladero en el que estamos metidos. Porque la cuestión es esa, que los profesionales de la tensión mediática han conseguido convencer a los analfabetos funcionales, que, no se engañen, es un porcentaje muy significativo de la población, de que estamos metidos en un terrible atolladero.

¡Venga Dios y me lo explique! Porque una de dos, o soy yo el campeón del analfabetismo funcional y no me he enterado de nada de toda la historia que he leído, o, aquí y ahora, de estar metidos en algún atolladero es sin duda el más leve de todos los que tenemos noticia desde que existe memoria histórica. No, desde luego que no ha estado acertado el chaval. Un mínimo de experiencia de la vida le hubiese indicado que Sí o Sí, como todas las contundencias, sólo se puede utilizar cuando uno se refiere a cosas irrelevantes. Por ejemplo, si hubiese dicho: me voy a tirar un pedo Sí o Sí. Nada que objetar, oye. Está perfectamente a su alcance y no tiene que vulnerar ninguna ley para cumplir con su palabra. Puede ser de mal gusto, pero, ya saben, para gustos se hicieron los colores.

En fin, no me augura nada bueno el que este payo empiece así, dándoselas de muy industrioso. Y juro por lo más santo que bien quisiera que la dicha izquierda de centro encontrase un líder con capacidades pedagógicas como en su día lo pudo ser González. Porque es que parece no haber mayor desorientación analítica que la que padece esa gente. Así, por ejemplo, tienen una facilidad pasmosa para querer una cosa y su contraria. La cosa que quieren porque es la lógica y su contraria para la propaganda. Y entonces dan la impresión de ser, una de dos, o unos sinvergüenzas o unos idiotas, dos condiciones de las que la gente se aparta de forma natural para ir por lo general a dar a esas entelequias con visos de consecuencia tipo la de "no podemos, pero jodemos". Una degradación moral, en definitiva, de las que se sabe como empiezan, pero nunca cómo acaban.

En resumidas cuentas, que si las cosas no se tuercen este muchacho va a tener tiempo de chupar el banquillo suficiente como para aprender unas cuantas cosas fundamentales antes de que pueda rascar bola... si es que llega a rascarla alguna vez, que ojalá que sí aunque sólo sea por variar. 

*Averigüar. Tercera acepción de la RAE:  Avenirse con alguien, sujetarlo o reducirlo a la razón.

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