jueves, 12 de marzo de 2015

La sonette d´alarme



Si hay algo que se haya convertido no sólo en un tostón insoportable sino también en una lacra social bien constatable eso es la militancia feminista. ¡Hasta dónde vamos a poder soportarlo! Se pusiera uno a enumerar el cúmulo de tonterías que se vienen haciendo en nombre de la sacrosanta igualdad de los géneros y no habría papel en el mundo para acogerlas todas. En definitiva, esa pretendida igualdad no es más que un ataque monstruoso a la biología que amenaza más que cualquier otra de esas tan renombradas plagas con la extinción de la especie. Porque, como dijo el sabio, se empieza por confundir los cojones con el comer trigo y se termina creyendo que la igualdad de derechos conlleva la similitud de las hormonas. O sea, el clásico batiburrillo de las mentes obcecadas por la militancia. 

Les cuento estas cosas, no porque esté hasta el gorro de todas las militancias en general y de la feminista en particular sino porque creo conveniente tirer la sonette d´alarme sobre ciertos aspectos demoledores referentes a la manera en que se está educando a los niños. Bien es verdad que estoy muy sensibilizado con estos temas a causa de que mi chica, que ejerce de maestra en un colegio público, se encuentre totalmente sobrepasada por las dificultades que tiene que enfrentar sin que, a mi juicio, sepa muy bien por donde le llegan los tiros. Porque el caso es que hace dos años casi sólo tenía niñas en clase y le iba tan bien que hasta le llegaron felicitaciones de las instancias superiores. Sin embargo, estos dos últimos años, casi todos son niños y, la pobre, está que ya no puede más y se ha visto precisada a pedir varios recesos. Y yo que, de rebote, me lo tengo que tragar todo. 

Tirer la sonette d´alarme es lo que ha hecho un tal Stéphane Clerget, psiquiatra infantil de profesión, que ha escrito un libro titulado "Nos garçons en danger" y que, por tal, fue entrevistado anteayer en el programa 28´de la cadena ARTE. Les puedo asegurar que hacía mucho que no veía una entrevista en la que el entrevistado pusiese a los entrevistadores tan en su sitio con elegancia, pero también con severidad. Arrete de fer la caricature, cortó en seco las gracietas de las dos feministas que no parecían sentirse muy a gusto con los fundados argumentos del doctor. Es lo que tiene enfrentar los tópicos de las militancias al rigor de la ciencia, que inevitablemente cruje. 
Hechos concretos: ochenta y cinco por ciento de los enseñantes de primaria son mujeres; el fracaso escolar con su secuela de trastornos mentales, delincuencia y suicidios, es más del doble mayor en niños que en niñas; la pubertad de las niñas se adelanta dos o tres años a la de los niños; hay una explosión de las capacidades cognitivas ligada a la impregnación hormonal de la pubertad, dado lo cual, es irresponsable mantener la educación mixta en las materias ligadas a la comprensión lectora; la educación tiene un componente de empatía, o modelos a imitar, por lo que es difícil que los niños puedan aprender a canalizar sus naturales impulsos de combate a través del contacto continuo con modelos femeninos... en fin, un montón de bien fundadas razones para poder comprender que las buenas intenciones igualitaristas socialdemócratas nunca serán eficientes a la hora de doblegar a la biología. Hay muchas cosas que se están haciendo mal por la pura necedad de creer que se es mejor persona si se niegan realidades. 

En definitiva, que la cosa no es tan sencilla como se creen algunos. Sobre todo, ya digo, los socialdemócratas y demás ilusoresentidos. La biología es la biología y, una de dos, o te pliegas a ella o te la pegas. 

Coda.- ¿Conocen a alguna feminista que no diga ser de izquierdas? Miel sobre hojuelas.   

2 comentarios:

  1. Pensé que habías escrito algo sobre la señora que lloraba ayer en el Congreso cuando hablaba el Ministro de Defensa...

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  2. Pues no, no lo vi. No veo tele española por prescripción facultativa. Soy demasiado sensible a las sensibilerías y puedo craquer si abuso.

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