lunes, 3 de junio de 2013

Camino de Damasco



"Mi madre quiere demostrarle a la suya que es más inteligente y que puede llevar el negocio familiar mejor de lo que ella lo llevó. Eso jamás va a suceder, porque no sólo no es cierto sino que es justo al revés."

Así comienza el artículo titulado "El último kilo de caviar" que publica Salvador Sostres en su blog Guantánamo del periódico El Mundo. Por lo visto la abuela de Sostres fundó en Barcelona un negocio de comida de lujo que iba viento en popa hasta que, por la edad, le traspasó la gerencia a su hija, la madre de Sostres. Desde entonces el imperio empresarial no ha hecho más que declinar. Y según explica Sostres no es por otra causa que la del cretinismo de su madre que no se deja aconsejar por la abuela y no hace más que fabricar enemigos y sembrar odio a su alrededor. Lo dice así: "Mi madre se ha pasado la vida peleándose con mi abuela y culpándola de todo, traspasándonos a mi hermana y a mi un odio desaforado e incomprensible, y la desazón y la angustia de luchar contra enemigos imaginarios y agravios que no existen". 

Bueno, si quieren pueden ir a la sección de blogs de El Mundo y leerlo. Sin duda es una pieza maestra del género. Pero también les diré una cosa: es imposible enterarse realmente de lo que va si no se sabe de dónde le viene el garbanzo al pico.  Porque de lo que en realidad se trata es de la caída del caballo camino de Damasco. 

Se da la circunstancia de que el Sr. Sostres se dio a conocer en la prensa local de Cataluña como un furibundo independentista. Eso no quitaba para que hubiera que reconocer la brillantez de su prosa y la claridad de su exposición. Algunos se fijaron y confiaron en él. Así, por ejemplo, cuando se hizo aquel lamentablemente fracasado intento de periódico digital, "Factual", Arcadi Espada que era el factotum del invento confió a Sostres la sección de gastronomía. Y no fue un tiro errado, se lo puedo asegurar. Luego fue el águila PJRamírez el que le sumó a la plantilla de El Mundo. Y también apareció por las tertulias televisivas de la capital sin pasar desapercibido. Un independentista furibundo en la mismísima boca del lobo se podría haber dicho. 

Bien, pues eso, lean y en donde pone la abuela interpreten España y donde pone la madre digan la Cataluña oficial. Pocas veces llegó a tanto el arte de la metáfora. Y la valentía del escritor. No en vano su divisa avisa que escribir es meterse en problemas. 


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