Arte, o ideas geniales, eso es lo que ayuda a que la gente comprenda cual es el camino hacia un mundo mejor. Y ahora, en este momento de superproducción y consumo de todo lo imaginable que estamos viviendo, la idea más genial, o más artística si quieren, que a mi entender se puede tener es la de destruir lo considerado como más valioso, es decir lo que es el producto del esfuerzo y la inteligencia más un soplo de inspiración divina.
Me parece vital empezar a destruir el mito de lo sacralizado. Porque la realidad es que se ha abusado tanto de esa teta que ya no le queda una gota de leche. Ya no hay rincón del mundo sin sus templos atiborrados de creyentes. Se diría que acuden allí más para confirmarse en lo que ya piensan que para desnudar su cerebro. Para ellos el mundo, al parecer, ya esta acabado. Sólo resta saltar de un continente a otro en un jet para admirarlo.
Así es que si a mí me diesen la oportunidad de hacer una propuesta realmente valiosa no lo dudaría un instante: mandaría rociar con gasolina el Prado, el Louvre, la National Galery, el Moma, el Ermitage y otros cuantos que se quisiesen sumar a la fiesta, y el mismo día, a la misma hora, les pegaría fuego. Después, la ONU mediante, declararía esa fecha como EL DIA MUNDIAL DEL DESAPEGO. Quizá un 19 de marzo en honor de los precusores valencianos.
Parece buena idea, pero sería mejor idea pagarles porque no hicieran nada, ¿no?
ResponderEliminarSí, mejor no hacer nada que hacer el canelo.
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