jueves, 28 de noviembre de 2013

El triunfo de la estupidez



A Arturo Pérez Reverté le conocimos agachado y esquivando balas en los parapetos de todas las guerras. Después oí decir a algún colega suyo que había mucho cuento en todas esas "puestas en escena", que ni el frente estaba tan cerca ni las balas pasaban silvando. A saber lo que habría de verdad en una y otra versión, porque cuento en todas esas emisiones al borde del abismo desde luego que hay mucho y rencillas entre colegas también. En cualquier caso lo que no se le podía negar a Arturo era su capacidad para impactar o, en su defecto, para dar el pego. 

Con el paso de los años Arturo dejó las corresponsalías de guerra y se puso a escribir. No tardó en convertirse en autor de best-sellers y en columnista cañero. Yo, lo reconozco, apenas le he seguido en cualquiera de sus dos facetas. Pero, si bien en su condición de cañero le reconozco cierta gracia, aunque poco mérito, en la de autor de novelas, a juzgar por lo que he ojeado en las librerías no le puedo conceder la menor calidad literaria. El lenguaje de sus libros me parece sencillamente patatero y, eso, mezclado con ambientación histórica y héroes de cómic, será, supongo, lo que le ha proporcionado tanto éxito entre las masas. 

El caso es que hoy D. Arturo ha dado otro titular a la prensa: "El desprecio del Gobierno hacia la cultura es una vileza". Ya ven, ¿a ver quién con dos dedos de buen rollo no va a estar de acuerdo con eso? A primera vista, claro está. Pero, luego, puestos a pensar un poco, nos damos cuenta de no sabemos a qué se refiere D. Arturo cuando dice cultura. En realidad, hoy día, nadie sabe lo que en realidad quiere decir esa palabra. Yo hubiese comprendido muy bien a D. Arturo si hubiese dicho: "Este Gobierno, con su política de subvenciones, nos esta fastidiando a base de bien a los que vivimos de la cosa de la cultura". Bueno, a D. Arturo, por aquello de su afán de contundencia, le hubiese quedado mejor decir jodiendo que fastidiando. También, hubiese podido hacerse entender mejor D. Arturo, si en vez de cultura hubiese dicho "industria del entretenimiento". O sea, lo que hacen sin que se les pase por la cabeza pedir subvenciones en Hollywood, Bollywood, Nollywood, Broadway, West End y demás lugares por el estilo. 

En resumidas cuentas que si uno va y pone en la coctelera populista las palabras desprecio, vileza, cultura, y todo ello sobre una base de gobierno de derechas, obtienes un combinado por el que se pirriarán millones de bonvivants con cierta nostalgia de paria de la tierra. Les he conocido a montones porque, a que engañarse, no hay mejor forma de resolver la ecuación de la vida que viviendo como Dios y pensando que sufres como Cristo. 


2 comentarios:

  1. Es verdad que las novelas de este señor valen un poquito más que las de Corín Tellado. Me leí la primera del capitán Alatriste una temporada que estuve en Holanda por eso de los tercios de Flandes y saqué la conclusión de que ya la había leído, pero con el orden de palabras cambiado: se llamaba Los tres mosqueteros o algo así. Por otro lado, cuando empezé a leer sus artículos confieso que me parecieron muy acertados: eran aquellos de los últimos días de Zapatero, en los que les daba estopa a él y a sus mariachis, una labor que me pareció digna de ser premiada por alguna ONG de las que se dedican a combatir la miseria en el mundo. En los últimos tiempos lleva escribiendo una historia de España por entregas en los artículos de marras y, después de leer la primera entregas, llena de chorradas inexactas de esas que llenaban los libros de la asignatura en los años sesenta, pasé de todo.
    Lo de meterse entre los tiros es posible que tenga bastante de teatro; pero con todo y con eso, yo no iría a esos países ni con dinero encima aunque fuera a cien kilómetros del frente: creo que para hacerlo hay que tenerlos muy puesto o ser un zumbado completo: posiblemente ambas cosas vayas por regla general unidas.

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  2. Bueno, quizá de joven, a poco lanzado que seas, no veas en esas profesiones más que un medio para ligar a destajo. En cualquier caso es muy vistoso, pero si lo piensas un poco ves que no sirve para nada porque con haber leído unos cuantos cómics de Hazañas Bélicas ya sabes de sobra de que va cualquier guerra.

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