miércoles, 27 de noviembre de 2013

Then, a miracle occurs...



"Pienso que deberías ser más explícito, aquí, en el segundo paso"

Me recomendó Jacobo la lectura de "The Logic of Scientific Discovery" de Karl Popper. La verdad es que nunca echo en saco roto las recomendaciones de Jacobo. Así que conecté con Amazon.es y lo bajé al kindle. El texto -supongo que ya no se puede decir libro- es lo que siempre se conoció como un ladrillo. O una apisonadora si mejor quieren porque avanza con una lentitud exasperante, pero, eso sí, todo lo deja atrás queda liso y claro como una patena. Es un esfuerzo titánico por conseguir el recto razonar. 

Bueno, les tengo que confesar que si el texto avanza lento en la indagación que se propone, yo todavía voy más lento en su lectura porque exige mucha voluntad y al presente voy flojo al respecto. Por eso cada dos por tres doy al botón adecuado y me paso a "The Complete Memoirs de Jacques Casanova" un verdadero prodigio de amenidad al que he accedido gracias a las fundamentadas recomendaciones de Isidoro. 

Lo uno por lo otro y, si ya, para rematar la faena, le añadimos la serie de vídeos de la Khan Academy que vengo de tragarme sobre "Difference Between Inductive and Deductive reasoning", pues, entonces, ya digo, es inevitable llegar a la conclusión de que, como solía decir Juanito Gener con mucha razón, "una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa". Sin duda una obviedad casi risible, pero que, sin embargo, en la práctica del diario razonar no queda clara ni mucho menos ya que, a poco que se fijen a su alrededor, no pararan de comprobar que uno de los deportes favoritos del personal es mezclar churras con merinas y cosas por el estilo. 

Inductivo y deductivo. Una cosa es ver algo, tener una impresión, o intuición, y, de ello, extraer una teoría y otra cosa es pasar de unos hechos demostrados a otros hechos que sólo serán tomados en consideración una vez demostrada su verosimilutud por el procedimiento que sea. Digamos que Casanova es un pensador inductivo en permanente estado de gracia y Popper un deductivo de meticulosidad centroeuropea. En fin, que si unos son necesarios para dar impulso y avanzar con paso alegre no lo son menos los otros para que la alegría no acabe arrojándonos por el despeñadero. Entre otras cosas. 

Les pondré un ejemplo práctico para mejor hacerme entender. Y lo voy a extraer del "tema por antonomasia", o sea, Cataluña. Va, no sé qué periódico, y le hace una "exhaustiva" entrevista al propietario de la mayor empresa cultural del país que, por cierto, tiene su sede en Barcelona. Dice el tal señor: "Cataluña no puede ser independiente y eso lo saben todos." Muy bien, inducimos que no puede ser independiente porque nos parece más razonable, o nos cae más simpático, lo que dicen unos que lo que dicen otros, pero pruebas fehacientes no las tenemos ni en uno ni en otro sentido. Por no hablar de esos "todos" que saben que no puede ser. ¿Quienes son esos todos? ¿Los más ardientes voceros del independentismo, quizá? ¿Por qué no les cita por sus nombres para hacer más verosímil su conjetura? Pura inducción, ya digo. Y, luego, prosigue con su razonamiento inductivo: "pero hay que hacer algo porque un 85 ó 90 % de los ciudadanos de Cataluña se sienten maltratados por el Estado. ¿Cuales son los hechos fehacientes de los que se podría deducir que los ciudadanos de Cataluña están maltratados por el Estado? El ilustre empresario no los cita. Se limita a insinuar, o sea a inducir en función, no digo ya de una impresión sino, juraría, de un interés de dudosa catadura ética. Y así todo.

En fin, que estoy en Madrid. Y hace un frío considerable y el cielo está tan azul y hay tanta luz que como que todo se ve con mayor claridad y es mas fácil distinguir una cosa de otra cosa como decía Juanito. 

  

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