Desde luego que si hay un sitio curioso en el mundo ese es Corea. La del Norte y la del Sur, cada una a su manera. Se diría que cada una de ellas ha llevado hasta el extremo las dos opciones enfrentadas durante el último siglo. Extremos que, por cierto, se tocan por el lado de la disciplina ya que, si mucha es la que se necesita para realizar esos puros alardes de la nada a los que nos tienen acostumbrados los del Norte, no menos se necesita para que funcione una ciudad de 300.ooo habitantes en la que todo depende del Sr. Hyundai, desde el primero hasta el último sueldo.
Viendo reportajes sobre las Coreas me suelo preguntar sobre cuál es la comunista y cuál la capitalista. Son esas paradojas de la vida que tanto han servido de inspiración al refranero español. Desde el "dime de que presumes y te diré de que careces hasta el "prevención a destiempo, malicia arguye", pasando por "el que te unta los cascos, ese te los quiebra" y "y al que más favorece para mayor trabajo le guarda". Bueno, me he ido por los cerros, pero es que en esto de los refranes me pasa como a Sancho, que una vez que empiezo, me lanzo y no puedo parar aunque no vengan a cuento.
En realidad, si bien se mira, la del Norte es el sueño cumplido de lo que lo que los comunistas piensan, o dicen pensar, que es el capitalismo. Unos pocos señores con puro y chistera que, aparte de maquilarse a las artistas de moda, tienen tan acojonadito al personal que no se mueven ni las moscas. Para ser más exactos debieramos decir que ni capitalismo ni Cristo que lo fundó, es la vuelta, si es que alguna vez se salió de allí, al feudalismo más puro y duro. Al Señor de horca y cuchillo. Y de ahí los 80 ejecutados y el general catalán de consejero.
Por otra parte la del Sur bien pudiera ser también el sueño cumplido del paraíso comunista. La ciudad Hyundai es buen ejemplo de ello. Economía planificada en la que nadie queda fuera. Cada cual según sus posibilidades y cada cual según sus necesidades. O casi. Que en vez de ser el Estado sea un señor particular el que lleva la batuta tiene poca importancia. Porque al fin y al cabo la utopía comunista no es otra cosa que el gobierno de los mejores. Como quería Platón. ¿Y quién mejor y más vanguardia del proletariado que el Sr. Hyunday?
Sólo les diré una cosa más, si quieren ver una tele interesante miren de vez en cuando Arirang. Se suele enterar uno del porqué muchas cosas.
Una amiga mía que se dedica a ese negocio estuvo buscando una buena temporada una casa para poner la embajada de Corea del Norte en Madrid. Nadie les quería alquilar nada, y los que sí lo hacían a precio de pelo de demoño. Según parece eran unos agarrados de narices: no paraban de regatear y todo les parecía muy caro. Mi amiga, que es muy educada, les dio vidilla porque es muy profesional, pero creo que estaba hasta el gorro de los coreanos.
ResponderEliminarOtra vez me contaba que le encontró una casa muy buena a un diplomático de Corea del Sur, pero que no la quiso alquilar porque la televisión era Sony y no Samsung. Parece que eso le hirió en lo más hondo.
Pues recuerdo haberte visto en madrid rodeado de coreanos y, según me dijiste, era gente de lo más tratable. Claro que era gente del gremio del estudio. Los del gremio de la política, cualquier cosa.
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