Yo, la verdad, no entiendo a cuento de qué trae aquí a colación al Prestige, pero en todo lo demás no puedo estar más de acuerdo. Porque resulta que en Salamanca tienen entre otras muchas tradiciones una de nuevo cuño, ya va para las nueve celebraciones, que consiste en celebrar la Nochevieja a mediados de diciembre. Así, dicen, los amigos pueden celebrar juntos esa fiesta emblemática donde las haya. Nada menos que 45000 amigos, venidos muchos de los cuatro puntos cardinales de la patria. Y una empresa que se llama Nuve Events que se encarga de que todo funcione como la seda. Y el Ayuntamiento, ni te digo lo encantado que está con la nueva tradición que según los más prudentes cálculos deja trescientos mil euros en la ciudad... supongo que deducción hecha de los estragos sonoros que como quien dice son pelillos a la mar. Por eso, "son muchos los colectivos y asociaciones de Salamanca que colaboran, de una manera u otra, para que la fiesta no decaiga y se repita el balance de ediciones anteriores", apunta el cronista de la villa.
Desde hace mucho vengo pensando que ser joven es una desgracia que afortunadamente se pasa pronto. Siempre, como en todo, hay gloriosas excepciones, pero, por lo general, ser joven quiere decir ser pasto fácil para los vampiros. De no ser así, sería difícil entender una sociedad tan absolutamente obediente a las consignas de los inferiores que nos gobiernan. Porque se da el caso que debido a esa sobrexposición al vampirismo de toda laya se suele llegar a adulto con el cerebro más seco que la pata de un santo, lo cual que como si inhabilitase para tomar decisiones de motu propio. Por eso es Vicente el que hace las paellas que dan de comer a más gente.
En fin, si yo fuese el director de cualquier instituto o rector de cualquier universidad lo primero que haría para proteger a mis alumnos sería contratar a Buffy, la cazavampiros. Iba a tener tanto trabajo que en cuatro días se iba a convertir en la mayor empresa del país. Mayor que la de Vicente.
Repugnante. Cuando veo cosas así te puedes imaginar lo que me alegro de estar tan lejos.
ResponderEliminarImagínate, la Cambridge española.
EliminarCambridge, la Salamanca inglesa. Se fundó después y, como se ve por la foto, nunca han llegado al mismo nivel de mi tierra charra: a las once te quitan la cerveza y te echan de los bares. tercer mundo.
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