No es por dármelas de espabilado pero todo esto que está pasando aquí con la cosa de la economía ya lo tenía yo comentado tiempo ha con alguno de mis contertulios habituales. Como mi pasar es, aunque modesto, bastante agradable, nada me hace propender al uso de anteojeras ideológicas para interpretar la realidad que se ofrece a mi vista. Y como veía cosas que me parecían de cajón las interpretaba con la más elemental de las lógicas. Los cálculos de la abuela que le dicen. Si los salarios aquí, por hacer lo mismo, eran el doble o el triple que en cualquier país de Asia sólo un pensamiento necio, o socialista si lo quieren decir de otra manera, podía sostener que lo de deslocalizar las fábricas era antipatriótico. Pero yo conocía por experiencia que lo de los vasos comunicantes de Arquímides no sólo funciona para los fluidos sino que tiene un amplio sentido metafórico aplicable a miles de aspectos de la vida cotidiana. Los salarios, por ejemplo, suben donde hay mucho trabajo porque son bajos y bajan donde hay poco porque son altos. La tendencia inevitable es hacia la nivelación. Así fue que en Asia subieron y a ello había que sumar los costes de la distancia, lo que hizo darse cuenta a los más avisados de que si se bajaban un poco los salarios de aquí podría salir a cuenta retomar la producción local. Y así ha sido, que ante la imposibilidad de devaluar la moneda para vender más barato, se han devaluado los salarios lo que viene a ser lo mismo pero más descarnado... o menos engañoso para hablar con mayor propiedad.
De estas cosas estaban hablando el otro día unos sabios franceses en la cadena "BFM Business". Lo hubieran visto y les hubiese costado creerlo. Sorprendente, pero cierto. Por primera vez en la historia contemporánea un grupo de notables franceses se ponen de acuerdo para alabar al vecino del sur y llegar a la conclusión de que la única salida a sus muchos problemas no es otra que la de imitarnos punto por punto. Aunque, por otro lado, no lo veían muy factible, porque consideraban que la ciudadanía y las instituciones francesas eran inmensamente más necias que las españolas. Seguramente no hay pueblo más instalado en la falsedad y el engaño que el francés. Escuchas sus televisiones y llegas a la conclusión de que todo lo que hay de bueno en el mundo es gracias a ellos. La libertad, la democracia, el progreso científico... y todo muy a pesar de los americanos. Claro, así vete tú a decirles que tienen que bajar el pistón. Inmediatamente se te van a tomar otra vez la Bastilla. O sea, a darse otra de joie de vivre que es lo suyo por antonomasia.
En resumidas cuentas que las cosas aquí, pese a quien pese, van mejorando y no por otra cosa que porque se van poniendo en su sitio. Son más racionales por así decirlo. Los obreros ganan menos porque antes ganaban más de lo que se merecían. Los funcionarios, lo mismo. Los jubilados, ¡que me lo digan a mí! Y los empresarios, of course, ganan más a D. G., porque esa es la madre de todos los corderos. ¡Y los sociatas sin entenderlo! Mira que hay que ser zoquete.
No hay comentarios:
Publicar un comentario