Son las cosas del país. O de "El País" si mejor quieren, que a nada que convenga se le hurta la causa al suceso y Santas Pascuas. A tal efecto me manda Jacobo hoy el enlace a una noticia que no tiene desperdicio: "Bernabe Sáez, toda una vida buscando a sus hermanos fusilados". Dos años antes de morir, Bernabé había escrito en un diario riojano: "Tengo 84 años y no quisiera morirme sin saber dónde se encuentran los restos de mis dos hermanos asesinado. (...) Mi madre ya murió y dos de mis hermanos pequeños también. Pero existe un sufrimiento difícil de explicar que se va larvando en mi interior y que se engrandece conforme pasan los años. Un dolor que sólo se paliará cuando sepa el paradero de mis hermanos asesinados. ¿Puede alguien ayudarme?”. El porqué de las cosas, ¡ay!, más vale no meneallo. Indagase Bernabé, o el periodista que escribió el reportaje, el meollo del asunto y lo más probable es que se jodió Jeremías. Les fusilaron por algo que más vale silenciar porque de lo contrario no se silenciaría. En las guerras, ya se sabe que es cosa de buenos y malos y viceversa. Los hermanos de Bernabé, a buen seguro, estaban en medio de la melé y eso suele salir caro. Pero si el verdugo es "franquista", por definición, claro está, exime de toda responsabilidad a la víctima. Esa es la teoría imperante en el país. O en "El País" si mejor quieren. Y mientras tanto a Bernabé se le iba larvando un sufrimiento interior difícil de explicar porque nadie se tomaba la molestia de explicarle. Y suma y sigue.
Por lo demás, historias intrascendentes en las que sólo te fijas cuando andas aburrido, o falto de voluntad, o deprimido, o vago de cojones, o idiota perdido. Sin disculpa en cualquier caso. Como lo de Bernabé. O lo de los poid lourd.
Estudiando y trabajando duro! Me parto!
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