Yo ya no sé si creo en la democracia o me importa todo un bledo, pero lo que sí les puedo asegurar es que cuando veo a Chuck Norris tomarse la justicia por su mano no puedo evitar el sentir una hemorragia de satisfacción. Y es que es eso, que uno tiene la impresión de que esta democracia que nos rige más que el imperio de la ley, que supongo es razón, es el triunfo de la chusma con sus perniciosas supersticiones.
Porque es que, vamos a ver: ese tipo que da clases en la Complutense y, por tanto, se hace oír con el soporte del Estado, ha lanzado una grave acusación contra nada menos que la policía, una Institución clave donde las haya para garantizar las libertades, o sea, el núcleo de la democracia. Y yo me pregunto: ¿pero es que no va a haber nadie que se tome la molestia de hacerle tragar sus palabras a ese tipo? Y no por nada sino porque, como atestigua la sabiduría refraneril, el que calla, otorga... y así corre la bola y sabe Dios a qué osadías difamatorias no llegará el mentado profesor con tal de ir agigantando su figura.
Yo no es que crea lo que algunos pronostican alarmados, pero supongamos que por el querer de los dioses de aquí a cuatro días van y ganan las elecciones esos partidos políticos de ideología por así decirlo chusmática. No sería la primera vez y conocidas son las consecuencias. Ganaron el poder porque nadie se enfrentó con la ley en la mano a sus difamaciones y mentiras. Porque esa es la cuestión, que hay leyes para atajar esos males, pero, no se me alcanza el porqué, parece no estar bien visto el echar mano de ellas.
Le traigo a colación estas disquisiciones porque, por la parte que me toca, me preocupa el tema de la veracidad. Porque el caso es que no paro de largar desde este ínfimo púlpito con la más que probable pretensión si no de agigantar como el tipo de marras, si de hacer crecer mi figura. Es una humana pretensión. Narcisismo puro y duro. Un juego peligroso que, a falta de contrapesos, suele nublar la mente y hacer tomar las cosas por lo que no son. Uno se lanza y a nada que se descuide toma por hechos lo que sólo son conjeturas. Y de ahí a la insidia y la difamación sólo hay un paso. ¡Ay, el recto razonar!
No sé. Empiezo a tener más que dudas sobre todo esto.
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