miércoles, 5 de agosto de 2015

El regreso

Hoy es un buen día para los españoles. ¿Por qué? Pues muy sencillo, porque Savater vuelve por sus fueros. Vuelve el filósofo práctico, claro y conciso, que me ayudó a entender el porqué de tanto disfrute, en la infancia y juventud, leyendo las novelas de Richmal Crompton, de Salgari, de Conan Doyle, de Daniel Defoe, de Jack London y tantos otros autores. "Criaturas del aire" fue para mí eso que se llama de una forma bastante cursi, pero completamente certera, un libro iniciático. El aprendizaje de la semiología, quizá, se podría decir. 

Pues bien, había estado Savater los últimos años entregado con honradez y valentía encomiables a defender los ideales democráticos frente a las hordas reaccionarias herederas del viejo carlismo. No por muy efectiva que haya sido su lucha se dejaba de apreciar un a modo de desgaste en su forma de razonar. Mi impresión es que había pesadez y reiteración en sus artículos y, sobre todo, cuando tomó un partido muy concreto a favor de una determinada opción política puede que hasta llegase a cagarla. A tal efecto, le dio respuesta tan contundente Arcadi Espada que ni siquiera se atrevió a rechistar. Bien es verdad que por esas fechas el hombre estaba atravesando un mal trance en lo personal: la perdida de su esposa. Un dolor que, sin la menor duda, en nada se parecía al que sintió el Doctor Jonhson en trance similar. El de Savater ha sido un dolor sincero. Sólo vi una vez junto al matrimonio, en Salamanca con motivo de una conferencia que dio a propósito de su relación con la enfermedad, y la verdad es que parecían tortólos, muy civilizados, eso sí, pero tórtolos, que eso se nota de lejos. 

Pues bien, cumplido el duelo y alejado de las viejas luchas partidistas, vuelve hoy con un artículo en El País, Nubarrones, como los de aquel entonces cuando lo que se proponía era hacernos razonar sobre la realidad. Aproximarnos más a ella por medio de la desmitificación desacomplejada. Las cosas vistas con calma y una cierta agudeza en nada se parecen a lo que pretenden aparentar. El pensamiento ordenado consigue desmontar casi todos los engaños. Y por ende, los miedos. La labor del filósofo en su más pura acepción. 

Bienvenido sea de nuevo a la más valiente de las luchas.    

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