Anyway, en eso consistió todo, en el puro choriceo como paradigma de la actividad económica. Y para eso y no para otra cosa es para lo que querían la independencia, para poder seguir con la estafa sin que nadie les afease la conducta. Se lo digo yo que conozco bien el percal. Trabaje allí varios años en un servicio público y raro era el compañero que no llevaba trabuco. Se decía que era una costumbre heredada de los fenicios que anduvieron por allí, pero vete tú a saber.
¡Hombre! ¿Pujol tirano? ¿No estará usted exagerando? En absoluto, se lo puedo asegurar. Lo que pasa es que al no tener ejercito podía llegar hasta donde podía llegar que era la muerte civil. Y no cedía un ápice de sus posibilidades. Se empleaba a fondo. Y así creó un sutil conmigo o contra mí que convirtió a Cataluña en uno de los lugares más putrefactos del universo. Millones de gentes allí siguen gritando ¡viva las caenas! Los pobrecillos ven en ellas la redención y por eso todos los años celebran con una gigante el día que se las quitaron.
En fin, ya se sabe, la historia siempre se repite. Nada para ocultar las propias vergüenzas por una temporada como acusar a los otros de ser lo que tu eres. Para cuando se descubre el pastel ya tienes los millones en Andorra y allá cuidados. Y los que te creyeron que se queden con dos palmos de narices por chupaculos. Eso es todo. Ahora el ruido propio del globo que se deshincha y después la calma por una temporada. Se lo puedo asegurar.
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