Cuando viví en Salamanca, la casualidad me llevó a tratar a una chica cubana, de nombre Mariela o algo así, que estaba en la ciudad con el propósito de realizar una tesis sobre la propiedad intelectual. Mariela, según se decía, era Vicedecana de la Facultad de Derecho de la Habana. Como siempre me resultó muy curioso que en los países con regímenes políticos de cariz comunista haya tantos "vice" de lo que sea, un día le pregunté el porqué de esa insistencia en secundizar los cargos públicos y me fue imposible entender la respuesta. Era como aquello del empiriocriticismo que decía Lenin, un mantra para iniciados. En ocasiones coincidía con ella en la misma mesa de El Bardo, el restaurante de la gente guay, así que un día, sabiendo ella que yo solía ir en coche hasta Santander, me dijo si la podía llevar. Por supuesto, yo encantado. Llevaba tiempo deseando hacerle una pregunta comprometida, así que me lo puso en bandeja.
La pregunta en cuestión era que, qué hacía una chica como ella, ferviente defensora de la ideología comunista, dedicando sus esfuerzos al estudio de una cuestión tan radicalmente capitalista como la propiedad intelectual. Por supuesto, que tampoco me fue posible entender su respuesta, trufada, desde luego, de los inevitables "tremenda contradicción, compañero". En fin, ya saben, comunismo castrista, puro folklore. Asesino, eso sí, pero folklore.
He recordado esta anécdota al leer hoy un artículo de mi admirado Arcadi Espada en el que insiste una vez más en el tema de la propiedad intelectual acaso cegado por su condición de juez y parte. ¿Cómo no va a querer él, que vive de escribir, que se preserven por ley los derechos de autor? Va de soi, que el mismo diría. Así es que escribe:
"La propiedad intelectual es una gota de agua donde están vivas las más dañinas bacterias de la época: el posmodernismo, el populismo, el adanismo, la orgullosa ignorancia y la criminalidad organizada en torno del bien. Todos los tontos y malvados, sin excepción y en férrea alianza liberal-podémica, son partidarios de acabar con el anacronismo de que el trabajo cultural sea remunerado."
Desde luego que no hay mayor verdad que esa de que el interés ciega. O es que no va a saber Arcadi que ese sintagma, trabajo cultural, incluye desde las más excelsas creaciones a las más apestosas imposturas... que son, por cierto, las que mejor se libran de los embates del progreso tecnológico por razones elementales, Mister Watson: las apestosas imposturas son el elixir del populacho... entre el que incluyo.
Pues sí, el trabajo cultural, digamos que el de medio pelo, del que han estado viviendo millones de personas hasta ahora, es un trabajo radicalmente artesano y, como tal, no se va a librar de ser afectado por la máquina. La digital en este caso. Ya está pasando y nadie lo va a poder parar. Forma parte de las uvas de la ira. Y de la propia evolución del mundo. Así que es inútil soñar conspiraciones. "El posmodernismo, el populismo, el adanismo, la orgullosa ignorancia y la criminalidad organizada en torno del bien", que con tanta vehemencia demoniza Arcadi, no son sino las inevitables consecuencias del interminable proceso de acción/reacción que es la historia de la humanidad. Los superdotados actúan a su manera y los infradotados reaccionan a la suya. Y al final, como está de sobra demostrado, siempre ganan los buenos y el mundo sigue mejorando.
Por lo demás, aquí tienen un trabajo cultural como la copa de un pino que no por ser de acceso gratuito ha dejado de ser remunerado con la mayor gloria a la que es posible acceder a los humanos:
http://www.feynmanlectures.caltech.edu/
Este es mi granito de arena.
ResponderEliminarhttps://www.youtube.com/playlist?list=PLLom0wCJlLFxwwh3fDgFcJHKh3gIP-tXU
Bueno, lástima que uno pueda con tan poco. Recuerdo aquella serie de Carl Sagan que pusieron en TVE. No sé si ahora pondrán cosas de esas.
ResponderEliminar"Cosmos" se llama. Está tambié toda ella en el Youtube, hasta en catalán, me parece. Ahora ya no hace falta que echen estas cosas por la tele. En internet hay para dar y regalar. Qué tiempos. Luego van y dicen que la vida en España nunca ha sido más injusta, con más diferencias y tal. Eso sí que es ignorancia.
ResponderEliminarBueno, supongo que hay quién no quiere verlo o, probable no puede. La naturaleza es misteriosa y cuando se lo propone impide pasar de la adolescencia a la edad adultas. Ya sea haciéndole vago, tonto o, sencillamente, cruzándole los jugos internos de tal manera que todo se avinagre por dentro. Es muy complicado. Todos conocemos personas que tuvieron desde que nacieron todos los vientos a favor y acabaron carcomidos por todos los resentimientos y odios. Da para escribir un libro mas largo que la Biblia. Aunque quizá la Biblia no trate de otra cosa que de estos temas.
Eliminar