viernes, 8 de enero de 2016

Más uvas

De una temporada acá, cada día que pasa, se me van por el retrete un par de miles de los que tenía escondidos en el colchón por lo que pudiera pasar. Según los más expertos, todo parece indicar que estamos a las puertas de otro estallido financiero. O la prolongación del anterior que en absoluto estaba solucionado. Así es que tengo que reconocer que la sangría, más que preocupación, me da vidilla. Me hace escuchar con más atención e interés si cabe esos debates y entrevistas sobre economía que hay continuamente en las grandes cadenas televisivas tipo Blomberg, CNBC, I24News, CNN, BBC, y pare usted de contar que ya está bien. El tema es por supuesto repetitivo, pero tiene, como la vida misma que es, un montón de matices que son, digamos, su salsa. 

Les diré, por si no lo saben, cual es la imagen icónica, la que más interrumpe esos debates y entrevistas que les digo, del momento que estamos viviendo: los almacenes de logística que tiene Amazon diseminados por el mundo. Todos exactamente iguales. Uno los ve y si no es un lelo automáticamente se tiene que hacer dos preguntas: una, dónde está la gente; dos, si no hay gente que gana sueldos, quienes van a comprar las cosas. Aquí tenemos una aporía que, como tal, nadie puede resolver y, de ahí, que la bolsa no pare de bajar y la chusma mundial no pare de dar la lata. 

Bueno, tampoco hay que exagerar, quizá mejor que aporía debiéramos decir conundrum, es decir, problema, o enigma, que por su enreversamiento tiene difícil solución. Pero, por supuesto, la tiene, como todo lo humano, aunque a veces para ello se precise de la cirugía más radical. La guerra, para hablar sin eufemismos. Y en hablando de guerra no queda más remedio, si quieres sobrevivir a nivel personal, que comprarte una buena armadura a prueba de lanzazos. No es fácil conseguirlas, pero las hay en el mercado de la marca que le dicen high skill profile. Para ser estricto, diré que hay las high y las very high que son mucho más seguras pero al alcance de poquísimos. Así son las cosas y, el resto, carne de cañón. 

Y en esas estamos, o estábamos, porque lo que se vislumbra ahora, las uvas que nos vamos a tener que comer para que nos entendamos, es que las simplemente high muestran una facilidad para la corrosión que las hace ineficaces. O consigues una very high o a andar todo el tiempo con el culo prieto. Yo esto, como soy un tipo espabilao, y bastante paranoico, ya hace mucho que lo veía venir. Y lo tengo comentado con mis colegas white collar que tan seguros nos queríamos creer con nuestra armadura high. Esto que hacemos, susurrabamos, lo puede hacer mucho mejor un ordenador. Y así es de hecho en la actualidad y ese es el meollo del actual entuerto que la tecnología ya no sólo puede sustituir al trabajo manual sino también el optimisticamente considerado como intelectual, el que siempre hicieron los mentados white collar que, no nos engañemos, de intelectual tiene poco y sí mucho de mecánico o memorístico. Médicos, abogados, economistas, ect., empiezan a entrar en la categoría de los desahuciados. Su armadura no resiste los lanzazos de la embestida digital. ¡Terrible, señores! Uno no puede sino alegrarse de que le pille ya tan mayor porque a lo mejor de joven no sería capaz de superar la prueba very high

En resumidas cuentas, especular sobre la candente actualidad entretiene pero no consigue ahuyentar de forma significativa la preocupación por el progresivo, e incluso alarmante, adelgazamiento del colchón protector. Eso es todo. En fin.

No hay comentarios:

Publicar un comentario