domingo, 17 de enero de 2016

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Que todo lo de Cataluña tiene un toque de ternura nadie me lo podrá negar. Más o menos como lo tenía aquello de cuando Franco. A Franco le encantaba tirar de metáforas marineras en sus discursos, de lo cual, por cierto, muchos sacaban material para hacer chistes. Al recién cesado President de la Generalitat, no sólo las metáforas, también los gestos. En su primer y último día en funciones se hizo retratar colgando retirando un timón en la pared de su despacho. Por lo visto el timón de marras es el que usó su abuelo para gobernar un barco que tenía, no sé si de ocio o de trabajo, pelillos a la mar.

Lo verdaderamente curioso de todo esto, a mi nada modesto parecer, por supuesto, es que haya todavía en este siglo XXI, y no digamos ya en un lugar como Cataluña, punta de la modernidad donde las haya, gente que utilice el colgar cosas en las paredes para dar a los demás una idea de sí. Fijaros, vengo de una familia de timoneles y aquí tengo la prueba más fehaciente, o sea, que sepan con quién se las están viendo. ¡Cómo de niños! Tierno. Ahora que se ha ido, lo primero será llamar a mantenimiento para que quite la escarpia y tape el agujero. Aunque también puede ser que el que viene a sustituir aproveche la escarpia para colgar su particular gesto propagandístico, una foto de su abuelo revolviendo la masa pastelera, por ejemplo. Ya se sabe que en Cataluña otra cosa no, pero adoran el linaje y los pasteles... uno para cada ocasión y momento del año. 

En fin, a lo que iba, a ese infantilismo de los gestos de significado gastado por la propia evolución de las cosas. Cuando lo de Franco, las metáforas marineras y la metralla por las paredes, quizá tuviesen algún sentido de cara al populus -como Diógenes masturbándose-, pero en estos descreídos tiempos que corren... por Dios Bendito, qué chiquillada.

En estos tiempos que corren, no nos engañemos, sólo se da el pego a los que no merece en absoluto la pena dárselo. Y los hay que no se enteran. Besos, ternura, que derroche de amor, cuanta locura. Ya te digo. 

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