miércoles, 6 de enero de 2016

Solo ante el peligro

Paseando ayer por la tarde por Madrid pensé que en alguna zona de la ciudad se iba a celebrar la fiesta del trepa*. Y es que había cientos, miles quizá, de personas que se encaminaban presurosas hacia el centro con una escalera en las manos. Luego me dijeron que la escalera era para ver mejor la cabalgata de reyes y me tranquilicé porque es que imagínense ustedes lo que sería este mundo con tantos trepas en acción. La cabalgata de reyes, otra vez los niños como escusa para dar rienda suelta a las oscuras intenciones de los adultos. Como si los niños necesitasen que les fabriquen las ilusiones para tenerlas. Ya se sabe, para ciertos sectores de la sociedad el caso es que nada fluya con naturalidad. Los niños tienen que ir embridados y con anteojeras para que no se les escapen de casa antes de los cuarenta años. O treinta por lo menos, que es por donde dicen que anda la media. Porque, ¿qué harían con su vida la inmensa mayoría de los adultos añosos si no tuviesen que bregar con el problema de sus eternos retoños? En fin, es muy complicado este mundo y allá cada cual con sus virtudes... sobre todo la del desapego que se diría es más escasa que el oro y de ahí tantas penurias so capa de responsabilidad. 

En fin, ya digo, allá cada cual con sus virtudes que yo con las mías tengo para dar y tomar insomnios que por nada del mundo quisiera tratar con diazepinas. La vida, mientras quede un ápice de actividad electroquímica en el cerebro, a cara descubierta: ese es mi lema. Porque así son las cosas, por lo menos para mí: mis insomnios han sido siempre la mina de donde extraje el oro del desapego a todo lo gastado. En esas noches telúricas, y sobre todo eternas, uno es Gary Cooper en "Solo ante el peligro". O enfrentas a los fantasmas o pasas a formar parte de la cabalgata de los muertos vivientes. Bueno, servidor de niño leyó a Oscar Wilde y quedó impresionado. Los fantasmas, ¡leches!, son sólo fantasmas. o sea, nada, ¿Por qué, entonces, vivir sometido a ellos? 

En resumidas cuentas, que los días alargan y ya va siendo hora de echarse a los caminos en busca de aventuras.

* Si quieren saber sobre esta curiosa especie de bípedo consulten a Fede que es seguramente quién mejor les ha calado.    

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