Así fue que una vez caído del caballo no pude evitar pasar por la fase conocida como de "fe del converso" que se me manifestó en la forma de asco y rabia cada vez que veía a aquellos ignorantes comunistas mangoneándolo todo. Felipe González había ganado las elecciones por entonces y como apenas tenía militantes tras de sí tuvo que echar mano de toda esa gente a su izquierda lo cual trajo consecuencias que, en buena medida, todavía estamos padeciendo y lo que te rondaré morena. Porque es que, en realidad, a lo que contribuyó esa gente con todo su corazón, dado que cabeza no tenían, fue a perpetuar las ideas emanadas de las sacristías desde tiempo inmemorial. El triunfo de Dionisos sobre Apolo, o sea, la ruina garantizada en aras del buen rollete.
A decir verdad, no habían pasado cuatro días de mi inicial desazón y ya me había dado cuenta de que mi sólo y único problema era yo y mi circunstancia que no era otra que la de una lamentable falta de conocimientos básicos en materia de cultura general. Y así, todo fue ponerme a la tarea de reparar esa falta e ir comprendiendo poco a poco lo normales que son las reacciones irracionales de la gente ante los problemas de la vida y cómo sólo mediante el doloroso esfuerzo de la educación se puede ir saliendo de ese pozo sin fondo.
En resumidas cuentas, que si tienes una cabeza medianamente normal, lo que acaso no sea muy normal, y te has esforzado un poco por aprender, lo más probable es que te den risa todas esas cosas que dicen unos y otros guiados por lo que ellos creen es la recta vía y sólo es su conveniencia. El ser humano es así por naturaleza y a no ser que alguien se ocupe de atarle en corto a la edad adecuada así continuará de por vida, es decir, sin enterarse de que es un muerto que reside en el infierno de la ignorancia.
En fin, allá cada cual, que yo bastante tengo con lo mío. Lo único que me fastidia es el haberme enterado de que los socialistas quieren sacar a Franco del Valle de los Caídos o que Gallardón quiere restringir el aborto. ¿Pero por qué tengo que estar yo al tanto de lo que dicen los idiotas? ¿Será que también lo soy y por eso les sigo la pista? Sin duda no me esforcé lo suficiente como para poder vivir de espaldas a lo que no me interesa en absoluto.
Como sabes, me ha pasado la vida dándole vueltas a que si durante el bachillerato había que hacer a los muchachos estudiar esto o lo otro, que si matemáticas, o física, o latín o inglés. Creo que en esto me he hecho un poco keynesiano: enterrar y desenterrar dinero, pero que se trabaje. Bueno, lo de las matemáticas y el inglés se cae por su peso, pero ahora voy siendo de la opinión que un poco da lo mismo, que lo que importa es que lo que se estudie sea lo más difícil que los muchachos puedan asimilar, o sea, que ese estudio les exija disciplina, esfuerzo y trabajo al límite. En tres palabras: sangre, sudor y lágrimas. De buenas intenciones está el infierno empedrado.
ResponderEliminarBueno, según cuentan ahí en Japón el bachillerato es así como dices, Los resultados a la vista están. Una entre otras de las ventajas de ese sistema, supongo, es que los rezagados saben quienes son los que realmente tiran del carro. Aquí, como lo que predomina en la enseñanza es la socialización, o sea, el buen rollo, al final la mayoría acaba creyendo que los que tiran del carro son los que aprietan tornillos en las cadenas y sirven copas en las barras.
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