Así es que sin parabólica ando huérfano de información, porque hay una cosa que yo no hago ni así me maten y eso es someterme a la tortura de las televisiones nacionales. Ya sé que puede sonar algo pedante lo que estoy diciendo, pero prefiero mil veces que me tomen por tal a acabar trastornado por sufrimientos innecesarios. No me va nada el masoquismo.
Con la parabólica tienes una ventana abierta a prácticamente todo el mundo. Si entiendes algo de inglés te puedes colar en Corea, China, Qatar, Japón, Rusia y unos cuantos más, amén de EEUU y RU que son, por así decirlo, la madre de todos los inventos informativos. Luego, con el francés, aparte de suizos, belgas y canadienses, a los propios franceses que son gente a la que le queda de aquellos esplendores pasados un gusto por vivir en el escaparate mostrando sus muchas notables cualidades y, también, lo más divertido, las miserias morales inherentes a una imparable decadencia que no se quiere aceptar. Te mueres de risa muchas veces, pero muchas más te da qué pensar. Con el español, aparte de la andaluza con su eterna copla, puedes ver Cubavisión que es una joya para los aficionados a la música y Telesur, la que fundara Chaves, para los aficionados al esperpento.
El caso es que hoy, leyendo la prensa digital, perdonen el oximorón, me he topado con una información referente a cosas de los franceses que me ha hecho mucha gracia. Por lo visto el Parlamento de la Nación ha dado a luz una ley que tiene por finalidad impedir que Amazón pueda mandar los libros a domicilio libres de cargos de envío. Argumentan los parlamentarios que eso es una competencia desleal que pone en serio peligro la supervivencia de miles de pequeñas librerías que, como todo el mundo sabe, son pieza clave de la cosa de la cultura y glamourosas por demás.
Pienso que si hubiese dispuesto de parabólica me hubiera entretenido con algún debate sobre el particular. Porque los debates en las teles francesas suelen ser muy buenos. Cartesianos ellos al fin y al cabo. Quizá me hubiesen dado alguna pista para aquilatar el juicio. Porque es que lo que en la actualidad pienso de todo eso de los libros de papel que a tanta gente le gusta tocar y oler es que forman ya parte de un tiempo revolu. Quedarán las bellas ediciones para los coleccionistas y museos, pero todo lo demás estará al alcance de un click. De hecho, de aquí a cuatro días toda la gente que quiera ira por el mundo como yo voy ahora, o sea, con la Biblioteca Nacional en uno de los bolsillos posteriores del pantalón.
En fin, ya digo, cuanto antes se adapte uno a lo que viene menos frustraciones tendrá que afrontar después. O al menos eso es lo que dicen los entendidos.
Es que, chacho, parece que has nacido ayer. Les dices que quieres la parabólica para ver las ligas europeas y los toros de Sudamérica y no te ponen ningún problema...
ResponderEliminarQué razón tienes. Efectivamente, no me entero de nada. Y no te digo ya nada si me agenciase un perrito y bajase con él al jardín a la hora que bajan las señoras con perrito.
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