sábado, 13 de diciembre de 2014

Cabarcenogénesis

 
 
Resulta que un veterinario de un "parque de la naturaleza", que le dicen, que hay en la petit province se ha visto obligado por las circunstancias a sacrificar a todos los lobos adultos del citado "parque de la naturaleza" o "centro de interpretación", que también así queda bien. ¡Válgame Dios, ya la tenemos armada! Ahora resulta que sacrificar lobos es un crimen atroz. Como torturar a yihadistas para sacarles la valiosísima información que tienen y no quieren soltar. Pues nada, yo cogía, agarraba y a cada uno de esos indignados por los lobos les ponía a vivir de pastorear ganados por los pastizales de las cordilleras y, a los antitortura les proporcionaba un hermano periodista secuestrado por esas gentes malandrinas y descomunales. Porque esa es la cuestión, que es tal el grado de majadería al que están llegando ciertos sectores de la sociedad que ya se considera normal poder ponerse en el lugar del lobo o del yihadista, pero de ninguna forma en el del pastor o del encargado de procurarte seguridad.

A mí, desde luego, no me agrada que maten lobos ni torturen yihadistas, pero comprendo las tremendas contrapartidas que tiene el proceso civilizatorio. Comer queso de oveja y cabra así como lechazos y cabritillos a cada hora, lo mismo que evitar que a nuestras mujeres les acaben rebanando el clítoris tiene que obligar por fuerza a ciertas cautelas desagradables... que, afortunadamente, la sabia naturaleza se encarga de poner en marcha al margen de consideraciones de tipo, por así decirlo, legales, o sea, de milongas encaminadas en no pocos casos a satisfacer la buena conciencia de los majaderos. La sabia naturaleza, digo, genera campesinos desalmados y crueles servicios de inteligencia que preservan el abastecimiento de nuestras despensas y los clítoris de nuestras mujeres... entre otras cosas. 

El majadero, o el mamarracho, como todos ustedes saben es un tipo que por el querer de los dioses y sabe Dios qué otras causas tiene una especial tendencia a mirar la realidad a través del ojo de la cerradura y creerse que, así, ya lo ha visto todo. Claro, al ver tan poco le resulta extremamente sencillo encajar las cuatro piezas... lo cual, como que le da pie para justificar su indignación tan pronto entran nuevos elementos en juego que es incapaz de comprender. Bueno, para no extenderme les diré que eso es, ver por el ojo de la cerradura, lo que le pasa al que va a ver la naturaleza al "parque de la naturaleza" de cualquier provincia sea pequeña o grande. En los dichos parques no se ve nada de nada, incluso menos que en cualquier documental por malo que éste sea. De hecho, hace no muchos años, cuando todavía perduraba el resplandor de aquellos maravillosos años, se habló mucho de suprimir todos los "parques de la naturaleza" un concepto que de puro pleonasmo es casi oximorón. Luego, claro, con lo del desarrollo de la industria turística... ya saben, la gente, con tal de no quedarse en casa, aunque sea se traga un parque de la naturaleza y le sabe a Serengueti.

Yo, no es que no me guste presumir de mis muchas adquisiciones, pero es que, además, en esto de la naturaleza tengo todo el derecho del mundo si lo hago porque he dedicado toda mi vida a su estudio. Y, además, como debe ser todo estudio, empezando por lo general para acabar profundizando en una parcela minúscula de lo particular. Y miren, resulta que a esa parcela minúscula no he conseguido verle el fin ni en pintura. Ha resultado ser infinita. Y por eso supongo que es que de lo que con menos seguridad hablo es de esa minúscula parcela que me robó media vida. Pero, bueno, en definitiva, de la naturaleza y sus complejos procedimientos sé algo más que la inmensa mayoría aunque nunca se me haya ocurrido ni por asomo entrar al parque de Cabárceno cuando he pasado por su puerta y no te digo ya agarrar un avión para ir al Serengueti. Y sé perfectamente que no se derivarán efectos colaterales adversos para los intereses de la humanidad si desaparecen los lobos o los yihadistas.

Y, por lo demás, allá cada cual con su afán de retratarse a través de sus indignaciones. Majadero o mamarracho saldrá las más de las veces.

No hay comentarios:

Publicar un comentario