miércoles, 31 de diciembre de 2014

Día glorioso



Ayer, a primeras horas de la mañana, la peña fue convocada para una incursión por los valles de Trasmiera. El objetivo era "La Moderna" de Hoz de Anero. El sol era radiante, pero soplaba una brisa de nordeste heladora. En cualquier caso, día perfecto para pedalear. Nos apeamos del tren en Orejo y comenzamos la cabalgada. Parando aquí y allá para comentar las diversas incidencias que se iban produciendo no tardamos en llegar al objetivo marcado que, oh desilusión, estaba cerrado por vaciones. En cualquier caso, otra cosa no, pero en ésta nuestra España, en lo que a comederos hace, el problema es escoger. Tanta es la cantidad y calidad. Acabamos en uno de entre los muchos que hay en Hoznayo. Bien es verdad que antes de decidir no dudamos en indagar las condiciones del contrato que nos ofrecían unos y otros. Los mesoneros, claro, son ingeniosos, pero no tanto como para hacer frente a nuestra depurada metodología. Así que oponiendo a su remoloneo navideño nuestra cáustica determinación conseguimos que los 22 € del menú se quedasen en 12, lo que, dadas las circunstancias del mercado, es un precio en los límites de lo razonable siempre y cuando lo ofrecido tenga la satisfacción garantizada. Satisfaction guarantee, que le dicen los ingleses. 

Pues bien, la tuvo. Tanto el cocido montañés como el escalope de ternera me supo a gloria. Yo creo que fue porque estaba muy bueno, pero después de un par de horas de pedaleo, y más con el frío que hacía, nunca sabré si mi biología andaba para muchos distingos. Es lo que tiene el hambre, que es la mejor salsa, Teresa Panza dixit. Anyway, llenamos la endorga, hablamos de viagras y demás artificios como corresponde a nuestras declinantes condiciones y, ahítos de euforía, salimos a la dura intemperie de un sol ya horizontal para iniciar la retirada. Los últimos kilómetros, de la estación a casa, fueron realmente duros a causa de un nordeste de frente que parecía cuchillos afilados... que más dulce hicieron la llegada. Rematé la jornada con tres horas y pico de "Lawrence de Arabia". Sin moverme del sillón. De tan relajado como estaba. 

Estos días, por así decirlo gloriosos, me llenan de confianza en mi mismo y en mis amigos de toda la vida. Hasta qué punto hemos sido capaces de aprender las lecciones de la vida que ahora nos basta para disfrutar plenamente con la simple compañía que nos hacemos y un discreto dispendio. Menos de 15 €. En esto consiste, pienso, el éxito de toda una vida. En cierta medida, es el "apartate que me estás quitando el sol" de Diógenes a Alejandro Magno. O el "menos es más" de Nosequién. La sabiduría conquistada, en definitiva. ¡Demos gracias a los dioses!

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