miércoles, 3 de diciembre de 2014

Sistemas complejos



Los que nos hemos pasado los mejores años de la vida dedicados al estudio de un sistema complejo tenemos por derecho mayor capacidad para comprender el mundo que los que no hicieron ese esfuerzo por mucho que, quizá, hiciesen otros mayores si es que los hay. Porque, al fin y al cabo, qué es el mundo sino un sistema complejo. Y todos los sistemas complejos, no se engañen en esto, son en el fondo el mismo sistema, es decir, un conjunto infinito de elementos que interactúan entre sí sin que la acción de uno solo de ellos deje indiferente a todos los demás, incluidos los que pudieran parecer más remotos. 

Así es que estos días que tanto insensato hay por ahí repartiendo fórmulas mágicas no sólo para hacer compresibles mediante un cursillo abreviado los sistemas más complejos sino también la manera de controlarlos para que funcionen como la seda, convendría que los que sabemos un poco del asunto levantásemos nuestra voz para advertir del engaño y ofrecer por medio de las metáforas pertinentes una aproximación al escepticismo necesario para sobrellevar con elegancia las angustias inherentes a la inaprensibilidad de dichos sistemas. 

El cuerpo, sistema complejo donde les haya, que me diga alguien cuando pasó un día completo en el que no le mandó algún mensaje inquietante. A la que te pasas un pelo, y aún sin pasarse, dispepsia, mialgia, jaqueca, disuria...  porque es que todo lo que se usa se gasta y al gastarse renquea. Bien, al principio con tres en uno se soluciona. Al poco, ni con diez en uno. Hay que cambiar las piezas y muchas no tienen recambio posible. Así es que el equilibrio perfecto, la ataraxia, esa especie de entre felicidad e idiocia que dicen que llegan a alcanzar los yoguis de la india no es en realidad otra cosa que estar muerto en vida. Estar vivo es que te duela algo. Esa es la triste realidad que tanto le maravillaba a Shopenhauer: tanto dolor y, sin embargo, nadie se quiere morir. O casi nadie. Por lo menos conscientemente que en el inconsciente ¿qué otra cosa que ansias de salir del mundo puede ser toda esa burricie gratuita que tanto espectáculo da?

Pues igual que el cuerpo, cualquier sistema complejo. Un Estado, por ejemplo. Siempre le está doliendo algo y cortando un poco por aquí y empalmando por allá se alivia y sigue funcionando. El caso es que se desconfíe de quienes sugieren cirugías mayores. Extirpar órganos de los que se desconoce su importancia. Que no otra cosa es lo que preconizan los gurús porque para ellos vivir es estar muertos.  

Por tanto, ojo al parche si queremos seguir doliéndonos por estar vivos. Porque ya digo, hay por ahí una cantidad de tipos que por haber hecho solo cursillos creen saber de lo no saben...  

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