Les he traído esta petulancia a colación porque, hoy, en uno de esos periódicos digitales que suelo visitar, vienen muchos artículos referentes al aprendizaje de las matemáticas. Personalmente creo que dadas las actuales circunstancias no hay otra opción que mejorar el nivel general de esa materia so pena de avanzar a pasos de gigante hacia aquello que soñó Aldous Huxley en This Brave New World. Un Mundo Feliz en español. O sea, un mundo de Alfas y Epsilóns. De hecho ya va siendo así. Acabo de leer que hay tipos que ganan en una hora lo que otros en treinta años. Y, sin duda, tan disparatada diferencia traerá causa de todas las injusticias sociales que quieran, pero también la trae de la enorme distancia existente del dominio de las matemáticas entre unos y otros . Dominar las matemáticas, en definitiva, es una forma de poder que cada cual utiliza a su manera: unos para ganar prestigio, otros dinero, otros, las dos cosas a la vez.
Porque, como digo, es cuestión de las actuales circunstancias. Los franceses, que tan cuidadosos son y por lo general acertados con el lenguaje llaman a este momento que vivimos era o civilización de lo numérique. Desde luego que los números siempre fueron importantes, pero es que ahora están en el origen, desarrollo y mantenimiento de todo. Ahora hasta para limpiarse el culo, con perdón, hay que dar con el algoritmo que permita hacerlo de la forma más eficiente a la vez que placentera. Nada de lo que extrañarse porque la evolución es precisamente eso, sofisticación. Y llevamos ya la tira de milenios evolucionando.
Resumiendo, que esté o no esté en esto, como en casi todo, equivocado, no va a ser fácil convencerme de que para saber matemáticas hay que tener una cabeza privilegiada. Ni tampoco me van a convencer de que para ejercer ciertos oficios da igual saber que no saber matemáticas. Porque, al fin y al cabo, las matemáticas son cuestión de comprensión lectora y lógica y tener cierto dominio sobre esas cuestiones puede mejorar sea lo que sea que hagas. Por lo demás, parece ser, según esos artículos que les comentaba, que todos los países se están poniendo las pilas para parecerse a Shangai que es donde mejores notas sacan en matemáticas en todas las evaluaciones internacionales. En Shangai donde, por lo visto, no tienen otro secreto para conseguir el éxito que el de romper codos.
En fin. Perdón por el sermón.
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