miércoles, 28 de mayo de 2014

La causa de todos mis males



Uno lee, ve, escucha por aquí y por allá y, de pronto, sin saber por qué, se queda con la copla: la mujer de Farage ha declarado a la prensa que su marido bebe y fuma demasiado, pero que no es mala persona. Farage, por si alguien no lo sabe, es ese inglés que quiere que su país abandone la Comunidad Europea. Farage, como no podría ser de otra manera, tiene mil argumentos para sostener su pretensión, argumentos que, como suele suceder siempre que la pretensión es recular, son entendidos sobre todo por las poblaciones rurales. O sea, justo donde la gente sabe mucho de tradiciones, pero muy poco de matemáticas. Porque es que, ya saben, las tradiciones y las matemáticas se llevan a matar. 

Anyway, Farage no es mala persona, pero bebe y fuma demasiado, según su mujer. Bueno, convendría saber si la mujer de Farage también fuma y bebe y, si es que sí, en qué proporción, porque eso nos daría una idea mucho más exacta sobre lo que significa ese inquietante "demasiado". Supongamos  que a ella también le gusta salir por ahí de copas, entonces, ese demasiado será francamente preocupante, pero, si es una loca de "lo natural", entonces, podemos estar tranquilos porque para los amantes de "lo natural" una cañita de vez en cuando lleva indefectiblemente al trasplante de hígado. 

Por otra parte, todos sabemos de la permisividad social hacia el alcohol de la que siempre han hecho gala en las islas británicas. En ellas, si de alguien no se fía la gente, y con razón, es precisamente de un abstemio. Bueno, para ser exactos creo que eso pasa en las islas y en cualquier lugar del mundo que no sea musulmán. Y de ahí, precisamente, esa desconfianza insurmountable entre musulmanes y el resto del mundo. Pero éste es otro asunto. A lo que voy es a que, dada esa permisividad, la palabra demasiado no puede querer decir otra cosa que una barbaridad. 

Anyway otra vez, lo que nunca habíamos visto hasta que llegó Farange, es tantas fotos de un líder político, carismático por demás, pasándoselo pipa en los pubs. Además es que no es que se le vea en animada conversación con los coleguis y tal, no, siempre se le ve feliz a solas con su jarra y, acaso, cigarrillo. Es como si no necesitase más. Y sin embargo lo necesita: sacar a su país de la UE. ¿Por qué?

Yo tengo una teoría: la causa de todos mis males. Cualquiera con un poco de experiencia en el asunto sabe de los terribles despertares. Un clavo que atraviesa la cabeza de sien a sien y que sólo se saca con otro clavo. Pero, claro, las obligaciones de la vida exigen que el otro clavo, el que saca, no le puedas adquirir hasta la caída de la tarde cuando regresas al pub. Son muchas horas de impasse a merced de los demonios. ¡Alomejó siiiii... saliesemos de la UE! ¿Why not? Puta UE que me impide ser feliz. Ya lo tengo. Definitivamente. El chivo que me faltaba. Tan bueno como cualquier otro. Incluso mejor porque amenaza con ponerlo todo patas arriba que es exactamente lo que ahora quisiera para ver si así, sumergido en el caos, se me quita esta angustia insoportable. 

En fin, para terminar, siempre que se especula sobre el alcohol, me vienen a la memoria aquellas palabras que escribió Josep Pla en su Cuderno Gris: 

"L´alcohol en fa mol de mal... peró tinc tanta set¡ A mes, m´acosto a l´alcoho amb una mena d´il-lusió que m´abassega. Aquesta il-lusió va lligada a un desig irrefrenable de vehemència y d´atordiment. Sentir-se ple, tibant, lúcid, com si el cos i l´esperit us haguessin crescut desmesuradament¡ L´esperit se´m fa còmplice de l´il-lusió i em porta a creure que la vehemència es higiènica i necessària."

Por lo demás, ¡qué sería el mundo sin borrachos? Se lo diré: un asco. Lo del tabaco es otra cosa, da demasiado el cante. 

2 comentarios:

  1. Hasta que llegó la UE los europeos nos hemos venido matando por los siglos de los siglos. Ya lo sabían los griegos: solo en la paz hay tiempo suficiente para que crezcan los olivos. El problema es que la paz la ve de forma muy diferente el tío que tiene el olivar, el que curra en él por un salario o el que no le queda otra que mendigar las aceitunas. Ahí no podemos hacer nada.

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    1. Olvidas, querido Jacobo, a las ingentes masas que, por tenerlo todo resuelto, dan en levantarse por la mañana con un dolor de cabeza insoportable. Por lo general es a causa de haber estado filosofando hasta altas horas de la madrugada alrededor de unas birras. Ya se sabe lo que pasa cuando se hace trabajar demasiado a la cabeza, que acabas estando en contra de todo, sobre todo de lo que te permite estar hasta altas horas de la madrugada bebiendo birras, valga la redundancia.

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