Esto de las verdades al descubierto es una cosa que suscita en el populacho violentas reacciones. La incultura, claro, no es otra cosa que sumisión a las convenciones, los tópicos y, en definitiva, las mentiras. Es decir, no soportar mirarse en los espejos correctamente pulidos y que, por tanto, nos devuelven la imagen de lo que realmente somos. Pero da igual lo que el populacho rezume, al final la verdad siempre acaba por abrirse camino. Camino en el que, a modo de orientación, han ido quedando hitos que fueron en su momento piedras de escándalo para ir convirtiéndose con el tiempo en lugares para la reflexión y, a la postre, motores de avance en el propio reconocimiento. Les voy a señalar algunos de esos hitos para que no digan que me lo invento todo.
Sirvan de indicio la foto que les muestro y lo que les he contado de Nietzsche. Pero es que ya va para tres siglos que un tal Jonathan Swift la montó parda cuando, con motivo de una terrible hambruna que asolaba la paradisiaca isla de Irlanda, hizo una "humilde proposición". Si los niños abandonados en las calles se morían a miles por qué no usarlos antes como alimento para evitar que también se muriesen los adultos que son los que, como todo el mundo sabe, están capacitados para hacer nuevos niños y, así, reponer la despensa. Pues bien, la gente se lo tomó fatal, pero la realidad fue que a partir de entonces las personas medianamente civilizadas se lo pensaron mucho más lo de tener hijos antes de disponer de los medios para mantenerlos adecuadamente.
Bueno, como no quiero aburrirles con la historia voy a limitarme a señalarles dos perlas que acabo de ver hoy mismo en los periódicos. Una: un político italiano ha dicho: "si una madre no logra ver que su hijo se droga, debería suicidarse". Como era de esperar la reacción de la chusma ha sido desmesurada y al político en cuestión no le ha quedado más remedio que dimitir. Pero la amarga medicina está tragada y antes o después hará su efecto en donde el embotamiento cerebral no haya llegado a su límite letal. Porque es una verdad incuestionable: los padres que no se quieren dar cuenta de que sus hijos se drogan están contrayendo una deuda imposible de pagar con la sociedad. Por así decirlo, están desahuciados de antemano. Mejor que desaparezcan.
Dos: un profesor de Egipto pide asesinar a los niños sin hogar para "limpiar las calles". Sin duda es una boutade, pero es que esa es la única salida que le queda a la gente inteligente cuando ya se han agotado todas las vías racionales. Las calles de El Cairo, y de multitud de ciudades, están repletas de niños sin hogar, es decir, un verdadero vivero de futura delincuencia y malestar social en general. Y, sí, vienen a veces las ONGs con su corazón de oro a poner el apósito sobre la herida infectada y, después, si te he visto no me acuerdo. La infección por debajo lo putrefacciona todo y al final la única solución es el estallido. ¿Han visto ustedes alguna vez como quedan los alrededores cuando estalla un absceso? ¡Époustouflante!
En fin, para qué seguir si todo el mundo sabe de qué va el rollo.
Lo decia el poeta
ResponderEliminarUn culo que es todo orbe delicado,
un culo que al mirarte te hipnotiza,
un culo que al más lelo lo electriza,
un culo que es el cielo, y bien doblado;
un culo que codicias con agrado,
un culo que a glaciales galvaniza,
un culo que ridente el rizo riza,
un culo ya soneto demediado;
cometa calcinante a ras de suelo
será él el que explotando entre las manos
te rasgue de tu templo el recio velo.
Cual sombra como al sol de mil veranos
fatal será la diana en tus anhelos:
un astro que estremece los arcanos
Y bien decía, vive Dios.
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