viernes, 13 de junio de 2014

Ventosidades redentoras




¡Te das queen! Ha sido maravilloso. Anoche le metieron cinco a "la roja". Lástima que fuesen los calvinistas de Holanda. Tenían que haber sido los animistas de Camerún o cosa por el estilo para que la ventosidad hubiese sido perfecta. Ahora sólo necesitamos que los esfínteres no se cierren y que en dos o tres embates más quedemos limpios de toda la flatulencia acumulada a golpe de victorias trascendentales. Porque es que esto ya no había mente sana que lo pudiese resistir. La roja, Nadal, Nosequién... ¡lo ganamos todo, macho! Menos lo de PISA, claro, que eso es otro cantar. 

Supongo que el mundo siempre ha sido así y que nunca va a cambiar al respecto. Y seguramente es bueno que así sea. Tener un tótem alrededor del cual baila la tribu. Ya se sabe que mientras se baila todo encaja en la cabeza y allá cuidados. La roja, Iker Casillas, Sara Carbonero, su padre el ludópata... cómo hubiésemos podido soportar la crisis sin esa música.

Y yo con esta fobia social que me impide acudir al baile. Que me obliga a sentirme siempre y en todo lugar individuo. Hay que padecerlo para saber lo que es eso... y, bueno, también gozarlo cuando, como digo, una ventosidad gigante manda a todos a su casa y empiezas a sentirte uno entre los tuyos sin dejar de ser tú.

En fin, a ver si hay suerte y cosechamos unas cuantas derrotas seguidas so pena de quedarnos sin adjetivos estratosféricos, que es que ya estábamos necesitados de un concurso de ideas para ver que más alabanzas podíamos cantar de nuestros héroes del músculo.   

2 comentarios:

  1. Ahora solo falta que eliminen a Japón para que pueda hacer vida de mis estudiantes...

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  2. Dios te oiga. La pena es que no se pueda eliminar a todos. Una especie de solución final.

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