martes, 17 de junio de 2014

Zonas húmedas



A mi modesto entender, José María Aznar fue un Presidente nefasto. Ya de aperitivo envió al ostracismo a Vidal Cuadras destruyendo así de una tacada la incipiente y con más posibilidades de cuajar, red de resistencia al nacionalismo secesionista catalán. Dicen que Pujol le pidió esa cabeza como condición para dar su apoyo a la investidura. Vete a saber como sería aquello, pero las consecuencias de aquella defenestración fueron, si me apuran, mucho más letales que la majadería de Zapatero prometiendo el oro y el moro desde el balcón del Palacio de la Generalidad. Después, Aznar, puso sobre el caballo inmobiliario, que ya venía desbocado de los últimos tiempos de Felipe Gonzalez, a Rato, un bon vivant a todas luces poco preparado que no hizo otra cosa que fuetear al caballo para que corriese más al ser posible. Claro, la impresión que daba todo aquello era esplendorosa y la gente se lo tragó y le volvió a votar con mayoría absoluta y el tío se creyó lo que no era y empezó a dar los típicos signos de soberbia de aquellos a los que les viene grande el cargo y son incapaces de reconocerlo. La antipatía y estulticia de las que hizo gala fueron proverbiales y los resultados de sus prepotencias cuanto menos controvertidos por no decir francamente detestables. Su afán de notoriedad hizo que España alcanzase una preponderancia mediática en lo de la Guerra de Irak que no se correspondía con el papel bélico que jugaba, por lo demás, mínimo como el de la mayoría de los otros treinta y tantos países que enviaron allí tropas. También hay que decir, para contrabalancear, que estuvo muy bien en lo de quitar de las manos de los nacionalistas vascos el BBVA  y en lo de desproveer a las matrículas de los coches de una identidad regional. Supongo que haría más cosas bien, pero esas dos, altamente benéficas, vinieron para quedarse y a la vista están los resultados. 

El caso es que Aznar dijo que sólo iba a quedarse dos mandatos, lo que creo es algo que hay que agradecerle, y preparó a Rajoy para que le sucediese tras la elecciones que parecían ya ganadas dado lo bonito que todo lucía a causa del caballo desbocado, pero paso lo que paso, lo de los atentados islamistas y los socialistas vieron a la que pintan calva y en su inmensa miseria moral dijeron que los muertos había que echarlos sobre las espaldas de Aznar por haber mandado tropas a Irak. Y el populacho tragó igual que había tragado pero al réves cuando Aznar culpó a Felipe Gonzalez de terrorismo de Estado por lo de los GAL. Poco que echarse en cara, en definitiva, los unos a los otros en lo que hace, ya digo, a miseria moral. Anyway, caprichos de la historia, Zapatero ganó las elecciones y comenzó lo que in my opinion ha sido el episodio más deprimente por chusco de todo lo que yo recuerdo haber vivido. 

Zapatero fue providencial en cierto modo. Sin su mandato nunca nos hubiésemos enterado de lo peligroso que puede llegar a ser que nos organicen la vida las personas que utilizan su ocio para tomar vinos por las zonas húmedas de las ciudades de provincias. Gente con unos buenos sentimientos que se los pisan, que saben de todo sin haber estudiado de nada, que están a favor de que todo se reparta porque el que tiene más que los otros es, sencillamente, porque lo ha robado y el que ha ganado una oposición a notarías, un suponer, es un cretino hijo de puta con licencia para esquilmar. Bueno, todo por ese estilo y que nadie se lo discuta porque es la religión de esa secta de fracasados incapaces de reconocerse como tal, que no otra cosa es, no nos engañemos, ser de izquierdas.  

Así ha sido que una de las mejores cabezas de la patria, la de Miquel Porta Perales, azote donde les haya de nacionalistas, ha creído necesario  dejar constancia para aviso de incautos de la secuencia de majaderías que fueron los siete años del mandato Zapatero. Lo titula "La orquesta rosa. Letra y música del pensamiento de izquierdas". Aquí les dejo un botón de muestra para que abran boca:

Ahí está la irresistible ascensión del pacifismo, del multiculturalismo, del relativismo, del cuestionamiento de la nación española o del resquebrajamiento del Estado. Ahí están –genuina aportación española a la enciclopedia de las curiosidades y disparates de lo políticamente correcto– el 'buenismo', el diálogo a cualquier precio, la Alianza de Civilizaciones, el retroprogresismo ecologista, el fundamentalismo feminista o el educacionismo 
analfabetizador de un gobierno socialista que no fue consciente del mundo en que vivía. Ahí está ese percibir el mundo al revés –de color rosa– del socialismo español, que nos ha llevado a la situación que nos encontramos. Así las cosas, para que España y los españoles sobrepasen la encrucijada en que se encuentran, resulta imprescindible superar la herencia recibida del septenio rosa-socialista que transcurre entre 2004 y 2011.”

En fin, lo pasado pasado esta y sólo nos queda rezar para que tarde en volver lo más posible. ¡Que no vuelvan a mandar en mucho tiempo los que toman vinos por las zonas húmedas de las ciudades de provincias, por favor!

No hay comentarios:

Publicar un comentario