Así es que los denominados socialistas ya no quieren combatir las plusvalías del trabajo ni colectivizar los medios de producción ni, mucho menos, nacionalizar la banca, no, lo suyo ahora es desfacer entuertos, proteger doncellas y apalear malandrines. Y por eso es que hayan puesto toda su carne en el asador para mandar al ostracismo a un tipo que habla cinco idiomas, es abogado del Estado, rico por demás y de buenísima familia, porque un día dijo no sé qué de las mujeres que seguro en nada difiere de lo que dicen todos los hombres, incluidos los socialistas, varias veces al día. ¡Pues apañados estaríamos si no pudiésemos hacer chistes, cuanto más malos mejor, sobre el sexo opuesto!
Yo, ya digo, en esto como en todo me puedo equivocar, pero apostaría la mitad de mi patrimonio a que lo que induce a los socialistas a ese tipo de propuestas es una cierta conciencia de su incapacidad para competir con sus adversarios populares en lo de seducir a las personas del sexo contrario... o del mismo, valga la redundancia. Claro, sabiendo idiomas y siendo rico cualquiera liga. Es por cuestiones biológicas. Garantiza mucho mejor la supervivencia de la prole. En cambio los socialistas, los pobres, sólo pueden ofrecer su buen corazón y con eso, como todo el mundo sabe, sobre todo las mujeres, no se come.
En fin, tiene que ser durísimo aceptar que ya sólo tienes algo qué hacer entre los acomplejados. ¡Iguadad entre hombres y mujeres! Ya te digo, mucho más eficaz que el calentamiento global para acabar con la especie... el verdadero sueño de los perdedores, sospeho.
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