sábado, 24 de enero de 2015

La metáfora sardónica

 
"El camí cap a la independencia". Así reza el título de un artículo aparecido en el órgano oficial de la burguesía catalana. El camino hacia la independencia. ¿Quién no va a estar de acuerdo con eso después de ver la foto que ilustra el artículo. Procurar la máxima independencia posible para los discapacitados, que nunca será mucha, está entre las más loables tareas que podemos llevar a cabo como personas y como colectividad.

Ahora bien, ¿es mera casualidad ese título o pura mala idea? Porque después de la turra que nos han venido dando los últimos años La Vanguardia y compañía con lo de la independencia de Cataluña reconocerán conmigo que el articulito en cuestión tiene algo de metáfora sardónica. De mal gusto. Escatológico, vamos. Cataluña, pueblo discapacitado, hacia su independencia. Porque no puede ser, pienso, que los autores del informe no distingan entre la mucho más apropiada en este caso autosuficiencia y la imposible independencia. 

Ya digo, tiene que ser una metáfora sardónica. Es decir con esa intención desviada de quien tiene perdido el sentido.  “Ser independent vol dir poder prendre les decisions nosaltres mateixos, tenir recursos a l’abast i no dependre d’una família, una residència o estar sota tutela. Som adults”. ¡Fantastic!, como decía el borracho Richard Burton en "La Noche de la Iguana". Resulta que los discapacitados catalanes quieren para ellos respecto de su entorno lo mismo, con pelos y señales, que quieren los independentistas catalanes respecto de los españoles. Discapacitados e independentistas, en fin, una y la misma cosa. Al menos eso es lo que parece querernos dar a entender La Vanguardia. Se han debido caer del caballo en su camino hacia Itaca. 

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