miércoles, 28 de enero de 2015

Tomatito



Cuando uno mira a su alrededor cree ver por todas partes riqueza y no sólo de la material. Sin embargo, para los articulistas del órgano de los puros de corazón, antiguo periódico independiente de la mañana, las cosas están que dan asco. He leído a un tal Santos Juliá que ve como se desmoronan todos los logros sociales conseguidos con mucho esfuerzo durante los años de democracia. Lo del esfuerzo siempre me hace partirme de risa y lo de los años de democracia, también. También leí a un tal Fernando Vallespín que se lamenta amargamente porque según su particular percepción la injusticia en el mundo no hace sino crecer. No comprende que se pueda permitir que los hijos de los ricos tengan más oportunidades en la vida que los hijos de los pobres. Sí, desde luego, es una pena, pero entre las mayores satisfacciones de la vida está la de poder dar a los hijos mayores oportunidades que las que los vecinos dan a ls suyos. Con los hijos, qué le vamos a hacer, llevamos la injusticia en el alma. No hace falta tenerlos para comprender eso a poco que dejes de leer por unos días el órgano de marras que les decía. 

Para mí, el concepto de riqueza cambió radicalmente el día que escuche una entrevista a Tomatito. Le preguntaron que qué haría si fuese rico. Yo ya soy rico, contestó, así que pregunte por lo que hago. El chaval vive en un chalé en Almería rodeado de los suyos y de vez en cuando se va por ahí a tocar la guitarra. Tanto lo uno como lo otro le gusta una barbaridad así que ¿cómo no se va a considerar rico? Y no sé, pero apostaría que, aparte de enseñarles a tocar la guitarra, manda a sus churumbeles al mejor colegio de la ciudad. Va en la sangre, y no sólo de los gitanos, querer lo mejor para los hijos. Que luego se acierte es otro cantar. 

Ricos como Tomatito yo los veo por todas las partes en este país. El otro día comía yo con mis hermanos en el restaurante Lara de la Corredera Baja de San Pablo y allí parecía que todos eran millonarios. Buena comida, bien servida, ambiente tranquilo y la agradable sensación de poder pagarlo sin nada poner en peligro. Cuando salimos a la calle, más millonarios por doquier. Demorándose al sol de enero departían con los amigos y engullían aperitivos. No parecía importarles que haya tanta gente por todas partes pasándolo fatal. Quizá sea que no leen el órgano global y no se enteran y así cualquiera. 

Pues sí, a mi me cuesta entender de donde sale tanta gente que quiere votar a Podéis. Quizá, caigo ahora, es que hay más gente de la que parece que no tiene hermanos para ir a comer al Lara ni amigos con los que tomar el aperitivo demorándose al sol de enero. Y luego, ya no te digo si suplen esa carencia leyendo el órgano global independiente de la mañana, así, no falla, encabronados y que todo se vaya a tomar pol saco. Desde luego que qué injusta es la vida con algunos. Es normal que quieran vengarse.

No hay comentarios:

Publicar un comentario