Yo, esto, la verdad, me lo estaba esperando, porque no conocí en la vida argentino -no me acusen de xenófobo, por favor- que no estuviese afectado de incontinencia verbal, lo cual, si bien en un principio, si hay cierta inteligencia, puede procurar simpatía, a la larga, inevitablemente, por la propia naturaleza de las leyes estadísticas, lleva a lamentables meteduras de pata que ponen al descubierto la desnudez, en este caso del Obispo.
No es que el Obispo haya justificado la violencia de los yijadistas, Dios nos ampare, pero no le ha extrañado nada -no comparte, pero comprende, para que nos entendamos- porque la libertad de expresión tiene para él, y por tanto para todo el mundo mundial, un límite que son las creencias religiosas de la gente. No se pueden hacer chistes con eso porque se ofende en lo más hondo de su corazón, que no cerebro, a los creyentes.
Uno no es que minusvalore el papel apaciguador de las pulsiones asesinas de la chusma que las creencias religiosas tienen. Pero, a la vez, tampoco puedo olvidar el monstruoso papel que ha jugado la gestión de esas creencias en los momentos más siniestros de la historia. Sin ir más lejos cuando yo era niño. Y por eso quizá sea, por lo que padecí su arbitrariedad, que me sea muy difícil evitar la conciencia crítica respecto de todo lo que huela a incienso.
Comprendo que el Obispo de Roma está cogido en este caso entre dos fuegos. Por una parte, es evidente que la mayoría de los cristianos, no digo ya católicos, dejados llevar de su natural impulso lo más probable es que se pusiesen a matar moros, que bien que se lo están mereciendo con las barbarides que ejecutan unos pocos pero apoyan otros muchos. Por su parte los musulmanes están rabiosos de santa indignación, que es como decir poseídos de idiocia, porque los cristianos, de momento, contestan mayormente a sus matanzas caricaturizándoles. Difícil dilema para el Obispo, desde luego, así que no es de extrañar que haya buscado salirse por peteneras que, como todo el mundo sabe, son muy vistosas, pero también son augurio de mal fario.
Vale, querido Obispo, no hagamos caricaturas, o no blasfememos como dice usted, pero entonces cómo quiere que aliviemos la tensión de nuestros espíritus, ¿poniendo la otra mejilla acaso? No, ni usted mismo se lo cree. Usted sabe perfectamente que la única alternativa posible al humor es el ojo por ojo y, eso, ¡vade retro!
Yo comprendo a la perfección la preocupación del señor Obispo porque, como es inteligente y culto, tiene que saber que nada como el agua del humor para apagar el fuego de las creencias. Porque el humor es el colmo de la racionalidad ya que hace aflorar desde las profundidades del inconsciente nuestro verdadero ser, operación sin la cual más pareceremos borregos que otra cosa.
Concluyendo, Señor Obispo, que comprendo su salida, pero en absoluto la comparto. Porque tiene usted que comprender que, en este caso concreto objeto de sus declaraciones, no nos hemos estado riendo de un idiota sino de unos asesinos. Y eso es lo primero que hubiese debido tener en cuenta antes de abrir el pico... pero claro, siendo argentino...
Tu última entrada se titula “Nada en demasía”. Me gustó, como casi todas
ResponderEliminarTengo un hermano que en su juventud fue diagnosticado de esquizofrenia. Siempre ha sido de trato fácil, e incluso ahora , ya anciano , está en una Residencia de mayores y no sólo no ha causado ningún problema, sino que están encantados con él por su bondad y trato educado.
Pero cuando era jovencito, sabíamos en casa , que había que tener cuidado con él al tratar ciertos puntos o contrariarle en ciertos temas. Y así lo teníamos asumido.
Recuerdo cierto día que vino nuestro primo Emilio, también joven y recién licenciado, que nos habló de deberes y derechos y patatín y patatán se puso a hacer apostolado educacional con mi hermano .
Salió de casa con un tapón de algodón en la nariz dejándonos a todos traumatizados y abochornados.
Hace pocos años, cuando leí la noticia de las amenazas islamistas a la revista danesa, no sé por qué me acordé de aquel episodio de mi infancia .
No se sabe bien qué es la esquizofrenia o demencia juvenil , pero parece que hay formas de demencia que desde nuestra perspectiva científica, se extiende a culturas enteras.
Nada en demasía.
Es problemático lo que planteas. Siempre me ha gustado diferenciar entre cultura y culturas. Diría que en singular es la que tienen las élites de todos los países mundo, siempre la misma, y en plural las clases populares de cada país, región, ciudad, pueblo, barrio e, incluso, cada comunidad de vecinos. A las élites les puedes caricaturizar todo lo que quieras porque se la suda. Con las clases populares es otra cosa que no sé si será esquizofrenia o quién sabe qué, pero es evidente que sienten hundirse el mundo a nada que les cuestionas su sistema de valores. Esto lo saben bien los políticos y por eso no paran de inventarse tradiciones y montar saraos con los que sea fácil identificarse, porque seguramente es la mejor manera de que la pobre gente se sienta afianzada. En fin, es complicado, pero que duda cabe que, trastornos orgánicos aparte, la mejor receta para afianzarse en la vida y soportar con indiferencia las afloraciones del inconsciente es dedicarse al cultivo del espíritu en el amplio sentido de la palabra. Esta es quizá mi única verdadera creencia.
ResponderEliminarRecuerdo que un día contabas con algún buen ejemplo, (que como casi siempre soy incapaz de recuperar), lo imposible que resulta el diálogo entre personas con notable diferencia de nivel de conocimiento. No hay punto de conexión y no puede haber intercambio de ideas. Es lo que pasa con el ignorante sobrado, el beato, el nacionalista o el demente sea esquizofrénico o no
ResponderEliminarY si diálogo no hay , es mejor no perder el tiempo, si tampoco quieres acabar la conversación a insultos o trompadas.
Si yo creo que mi nivel de conocimientos es más elevado, para qué insistir pinchando en herida. Si el dialogo fuera necesario, recurriría a circunloquios que no lesionaran la parte inflamada.
Mala suerte sería para mí que en mi bando conversacional , saltara el bufón de turno con un improperio directo al centro de la llaga.
Aún reconociendo a Voltaire, antes de que empezaran las trompadas le preguntaría:
Chatín , ¡ Qué vas ¡. Ahora de héroe?
Y desde luego, homenajes… los justos.
Perico
No sé, pero si como suele ser el caso el ignorante se quiere salir con la suya a mamporros algo tendrás que hacer. En el caso concreto que tiene ahora al mundo tan ocupado no hago más que encontrar paralelismos con nuestra pesadilla vasca. Estoy convencido de que aparte de la acción policial lo decisivo para calmar a esa gente han sido las bufonadas de Vaya Semanita. A los zoquetes de Batasuna sin duda les ha rebotado, pero una gran parte de la sociedad vasca se ha visto reflejada en esos chistes y no les ha gustado nada como se veían y han cambiado el chip. Han dejado de comprender a los asesinos. Yo creo que el humor es la más sútil de todas las armas y también de entre las más poderosas. Lo que pasa es que la sutilidad no es fácil. Y luego está la cerrazón de los aludidos. En este caso concreto de Charli Hebdo se ve a simple vista que no era mofa de Mahoma. Se veía a Mahoma llorando por ser amado por unos imbéciles. En fin, que complicado es todo esto. Lo mejor que he escuchado al respecto de lo que está pasando fue ayer en la entrevista que hacía Charli Rose en Blomberg a cuatro profesores universitarios, tres de ellos de origen árabe. Una cosa dejaron clara con sus fundados razonamientos, que la acción de estos grupos extremistas no va a cambiar el modo de vida de las sociedades occidentales.
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