Iñaki y José Luis o el arte de la autoafirmación. También pudiera ser el arte del adormecimiento en los laureles. Todo lo que piensas, más que nada porque te exime de culpa y te mantiene puro, van esos dos y te lo confirman: sí tío, estás en lo cierto, puedes estar seguro. Sigue en lo tuyo aunque te estés pudriendo que vas por el buen camino.
A mí, la verdad, me da pena toda esa gente que se deja engañar por semejantes sicofantes. Siempre con "los poderosos" a vueltas. ¿Quienes son los poderosos? Para ellos, parece ser, unos tipos capaces de comer y eyacular unas mil veces al día. Por eso esa obsesión por quedarse con todo a expensas de los demás. ¡Madre mía, qué diarrea!
No sé, pero presumo que siempre ha sido así y siempre será por los siglos de los siglos. Siempre habrá sicofantes porque siempre habrá épsilons. Los unos necesitan a los otros y viceversa, por mera cuestión terapéutica. Se ayudan mutuamente a mantenerse impolutos. En el reino de los cielos, por así decirlo.
En fin, las diferentes concepciones del arte. Para unos es autoafirmación y para otros desmentido. Es lo que va de los épsilon a los alfas que diría Huxley. El de "Brave New World". "Un Mundo Feliz" para los de aquí.
Para no faltar a la verdad, lo cierto es que esto no es un atributo único de la izquierda, porque a la derecha también le hacen falta simplificadores como estos, gente que te dé guisado y masticado aquello de lo que tú te quieres alimentar por causa de tus pulsiones, pero que eres incapaz de preparar por incapacidad propia. Lo cierto es que la derecha incluso lo hace mucho mejor: aunque sea igualmente papanatas y zelota, hay que reconocer mayor habilidad para vender la burra coja a Losantos o al resto de su camada que no a los corifeos de la izquierda. Es que, aunque sean igual de tóxicos, como encantadores de serpientes no tienen ni punto de comparación.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo con lo que dices. No es cuestión de matices ideológicos. Lo único importante es que, sea lo que sea, que esté masticado. Por eso, vete tú a decirles a unos que Iñaki es igual que Federico y a otros que Federico es igual que Iñaki. Te cortarían el cuello tanto los unos como los otros por sacrílego. Sin duda es todo un problema de épsilons, es decir, opinión igual a situación. Cuando son jóvenes y están puteados, Iñaki. Cuando son viejos, tienen ya pagado el piso, una buena pensión y unos cuantos ahorros, Federico.
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