Pero, bueno, a lo iba, al DVD. "Una década prodigiosa", con una dedicatoria en la funda: "Cumplir un año más merece una celebración tan especial como un paseo por los recuerdos de juventud...". Como no tenía mejor cosa que hacer me lo tragué de un tirón y, sí, claro, cómo no, todo ello me sonaba, pero no eran ni mucho menos los recuerdos que me asaltan cuando, por lo que sea, doy en pensar en aquellos que de maravillosos, en lo personal, no tuvieron casi nada.
Sí, qué duda cabe, con sólo tener en cuenta que se dominó definitivamente la contracepción y que el hombre pisó la luna ya es suficiente para considerar esa década como un hito de los más importantes en la historia de la humanidad. Todo lo demás que paso y que tanta mitología de baratillo ha dejado quizá no fuese otra cosa que la lógica consecuencia de esos dos grandes logros de la ciencia. Porque, qué sentido iba a tener seguir manteniendo una moral puritana si la fornicación al tresbolillo había dejado de tener los tan temidos efectos colaterales. Por no hablar del mantenimiento de las fronteras cuando ya los límites se habían puesto más allá de las estrellas. En adelante, cualquier cosa de enjundia tendría que ser por definición planetaria o no sería más que residuos locales de "la nostra identitat" mantenidos artificialmente como cebo para las hordas turísticas.
Aquella España que me tocó vivir y aquel Londres que toqué de refilón y que tanto me sirvió para darme cuenta de hasta qué punto era cateto. Eso fue todo, una lucha continua por sacudirme el pelo de la dehesa atizada por un resentimiento infinito hacia casi todo lo que me rodeaba. Energías infinitas perdidas por falta de soportes intelectuales y humanos. Una especie de adolescencia tardía que dejó un poso indestructible de inseguridad y baja autoestima.
Por lo demás, yo, de los Beatles, casi ni me enteré de que existían. Parecerá raro, pero así fue.
La comercialización de la píldora se hizo un poco antes de que yo naciera. De todas maneras, ya sabes que en España en esa década solo las consumían las señoras de la burguesía y las que tenían familiares emigrando en Alemania y a las que se las traían en vacaciones. Con todo, fíjate que el condón existe desde hace casi tres siglos, y que es, sin duda, la causa de que la natalidad en los países de la Europa civilizada se mantuviera en límites razonables desde mucho antes de la invención de la píldora (lo mismo que en Japón, incidentalmente, donde ha sido el método más usado, además del aborto).
ResponderEliminarLo que me parece increíble es que no te enteraras de lo de los Beatles. Yo recuerdo que en el parvulario teníamos un muñeco que nos decían que era un "Bitel melenudo".
Lo del condón tienes razón, pero su uso creo que era muy minoritario. Si no recuerdo mal eran de tripa de cerdo o de carnero. Lo de la píldora, efectivamente, como siempre pasa con lo bueno, empezó a ser usada por la burguesía, pero en cuatro días la consumía hasta el gato.
EliminarLo de los Beatles es un poco exageración porque además en el 67 estuve unos meses en Londres y veía un programa que se llamaba Top of the Pop en el que salían siempre los Beatles, pero a mí, por aquel entonces me tiraba la clásica el jazz y así.