Total, que aparqué la bicicleta y estuve por allí un rato tratando de buscar el mejor encuadre. Entre la poca luz y lo avanzado de la estación no daba para mucho, la verdad. Ese color oro tan prestigioso del otoño demediado ya se había convertido en el pardo tirando a caca de cuando se está a punto de caer. Poca vistosidad en definitiva. Así y todo, con los recursos que nos presta la tecnología siempre se puede sacar algo aunque a trueque de engañar. ¡Ay, que sería del mundo actual sin la permanente seducción del trucage fotográfico!
Anyway, lo que cuenta es que ahí estaba hace un siglo y ahí continua estando con sus ciclos de color. Se ha salvado de la quema lo que no es poco si nos atenemos a los discursos en boga. Ya saben, que si el fraking y tal, cualquier día volvemos a pasar por allí y en vez de hayas vemos torres de extracción de gas y entonces será el llanto y crujir de dientes... el calentamiento global para que nos entendamos.
Así es que estaba anoche reponiéndome de la larga cabalgada tirado en la mecedora y contemplando la BBC que estaba que se salía de interesante. Informaba a propósito de la reunión de altos dignatarios que está teniendo lugar estos días en Australia. Y ya de paso, de la propia Australia que es un país que más parece de ciencia ficción que de carne y hueso. ¡Alucina vecina! Millones y millones de toneladas de minerales enviados a todos los confines del mundo sin que medie más mano de obra que la que aprieta teclas en una sala de mando remota. Pero ésta es otra historia. Lo que quería comentar es lo que dijo Obama en su encuentro con los estudiantes de la Universidad de Brisbane. Vino a prevenirles de que no se hagan muchas ilusiones respecto del potencial papel de los Estados en lo concerniente a ese calentamiento global que tanto preocupa a los jóvenes por razones obvias ya que, al fin y al cabo, son los que, de darse como se prevee, lo van a padecer. El calentamiento global, dijo, es cosa de los ciudadanos. Sólo ellos lo pueden combatir, de uno en uno, con su actitud ante la vida. Con sus costumbres para que nos entendamos. Con sus hábitos de consumo. En fin, una especie de "niño deja de joder con la bicicleta y hazte mayor de una puñetera vez". Porque es que ya está bien de seguir echando las culpas y responsabilidades sobre los hombros de papá Estado mientras yo sigo venga y dale de aquí para allá y tiro porque me toca.
Y todo esto lo dijo Obama en el país, por lo visto, más robotizado del mundo y en el que su gobierno se ha salido de todos los tratados mundiales relacionados con el clima y demás mandangas. Bueno, supongo que es lo que tiene ser un país creado por expresidiarios, o sea, gente que conoce lo que vale un peine.
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